miércoles, 16 de julio de 2008

Opinión de Héctor Arias

Partido Frente Grande ante la situación del país.


Por mas de cuatro años hemos mantenido un prudente silencio por respeto a la ciudadanía después del fracaso de la Alianza y por ello la posibilidad de un Gobierno de coalición en la Argentina contribuyendo con humildad a la transformación de este país sumándonos al Frente para la Victoria tanto a nivel nacional y provincial.

Nos sumamos al “Frente para la Victoria” en el convencimiento que el modelo de país planteado desde este nos contiene tanto en lo económico-social como en la política de Derechos Humanos y lo que es fundamental en el rol del Estado, entre otras coincidencias. Hoy ante los hechos que son de publico conocimiento tenemos el deber de hacer algunas reflexiones, en un país con cinco años interrumpidos de crecimiento económico aparece el tema de la redistribución del ingreso que estaba congelada por estar esta atada a la convertividad y a la teoría del derrame con un país totalmente con su capacidad industrial óseosa, con los campos en general hipotecados, producto de un tipo de cambio basado en endeudamiento externo y no a la productividad.-

Este crecimiento se inicio desde el campo por ser el sector más dinámico y el mas rápidamente beneficiado con la Devaluación que pago y paga todo el pueblo argentino la herramienta de las retenciones fue creado con el objeto de lograr superávit fiscal y equilibrar las asimetrías entre cultivos y regiones para de esta manera poder redistribuir la renta nacional, así vemos que se construyen viviendas para los más humildes con el llamado plan federal de construcción de viviendas, escuelas, caminos, diques (ej. Caracoles) etc. es decir infraestructura a partir de la obra publica, dinamizando la industria de la construcción, llamada por muchos economistas “industria de industrias”.

Las sociedades abiertas y complejas se caracterizan por estar frecuentemente en estado de permanente tensión o equilibrios provisorios tanto por las luchas de origen económico-social como por la emergencia de nuevas subjetividades e identidades sociales. Y es ahora cuando cierto capitalismo muestra “su” verdad desnudando quién se queda con qué, o en otras palabras, haciendo transparente que las relaciones económicas son también relaciones de dominación. Aquí es cuando no se mide con la misma vara cuando sectores del campo inician cortes de ruta hasta de manera cuasi confiscatoria decidiendo con total arbitrialidad quien pasa y quien no usando la misma “arma” que le criticaban a los hasta ese momento “piqueteros” que usaban esta metodología no justificada pero al menos entendida en función que no tenían otra manera de manifestarse, los dirigentes del campo podrían haber usado otras formas sin necesidad de llegar a este nivel de violencia, no es casual estos cortes necesariamente traerán desabastecimiento y con ello una escalada de precios provocando un justificado malestar en la ciudadanía.

En las postrimerías de cumplirse un cuarto de siglo ininterrumpidos de pleno ejercicio de democracia aparecen voces disonantes y esto es bueno lo que hay que releer es la forma en que esas voces se quieren hacer escuchar en un país signado por las antinomias, la intolerancia y el autoritarismo, mas que nunca se impone la política más precisamente la política del consenso, como herramienta para superar estas diferencias buscando mecanismos de redistribución del ingreso equilibrados y de inclusión social más que nunca se impone una profunda reforma tributaria que tenga como ejes centrales la renta y el capital y no el consumo como hasta la fecha. Momento también de poner sobre la mesa de discusión la postergada “Ley de Copartipación Federal de Impuestos” y ejecutar en forma inmediata la “Ley de abastecimiento interior” liberando las rutas para la libre circulación.

Por lo expresado apelamos a que se conforme una “Mesa de Dialogo” permanente entre el gobierno nacional y los distintos sectores del campo, Además, como una contribución a esa “Mesa de Diálogo”, cuyo objetivo principal debería ser establecer retenciones en función de toneladas producidas y no sobre el precio de los granos, a efectos de resguardar a los pequeños y medianos productores, tampoco puede estar ausente en este dialogo la situación de los trabajadores del campo. Según datos proporcionados por la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), en la Argentina existen aproximadamente 1,5 millón de peones, de los cuales un millón es informal es decir “ en negro” Y para el escaso tercio que está en blanco, el convenio firmado el 1° de diciembre de 2007 –hace menos de tres meses– marca que un peón gana un jornal de 47,52 pesos o un sueldo mensual de 1.080 pesos, y el promedio de todos los trabajadores rurales no llega a 1.500 pesos. Pero de eso hay que descontar la casa y la comida. Sobre el alojamiento se tienen que poner de acuerdo con el terrateniente.

En el convencimiento que otro país es posible intentando humildemente aportar algunas reflexiones ante la situación que aparece como de posiciones irreconciliables apelamos a la comprensión, tolerancia, búsqueda de consensos ratificando con total convicción el rumbo del país y la provincia. San Juan 31 marzo 2008.

Héctor Arias (ex Diputado Provincial de San Juan)

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