miércoles, 26 de diciembre de 2007

Entrevista con Telesur

Hay una decisión política de una parte importante de los países de América del Sur de empujar el proceso de integración, de pensar en un proceso de integración que rompa los moldes de la década del 90, del Consenso de Washington, donde todo empezaba y terminaba en el librecomercio y en como cerraban las cuentas.

Acá está en marcha un proceso de integración profundo que piensa en el comercio pero fundamentalmente piensa en la producción, en el desarrollo de las cadenas productivas, en la asociatividad empresarial, en la generación de puestos de trabajo, en la agregación de valor y en los mecanismos de financiamiento y energéticos que sean capaces de dar respuestas a todo esto.

¿Cuál será la relación con EEUU?

Nosotros quisiéramos tener una relación madura con los Estados Unidos. Relaciones de mutua conveniencia, sustentadas en una cancha nivelada, no que los del sur estemos abajo y patiemos la pelota y los del norte siempre estén arriba. Ellos tienen que terminar con las políticas de subsidios que hacen una competencia desleal frente a nuestras ventajas competitivas. Y si creamos las condiciones de madurez, creo que es mejor para todos. Hasta ahora se ha demostrado que se es muy difícil mantener esas relaciones maduras: fracasó estrepitosamente el enfoque del ALCA, aunque permanentemente tratan de alquificar las relaciones entre nuestros países, tratan de tentar a algunos socios del MERCOSUR con la idea de que el librecomercio va a ser una panacea. La política no la abandonan y nosotros tampoco abandonamos esta nueva concepción.

¿Hay una intención de Estados Unidos de que fracasen estos gobiernos?

Yo creo que les molesta el proceso de integración regional, porque no es solamente un mecanismo de supervivencia o de mercado ampliado regional, sino que es la fortaleza política de esta nueva forma de asociatividad en la integración, que nos permite tener mas fuerza en los organismos multilaterales, como la OMC.

Que podamos desarrollar una política sur-sur nos va permitiendo ser actores en la construcción de un mundo multilateral, que es fundamental si queremos vivir en un mundo más justo. Si no, es el mundo de la prepotencia, de la omnipotencia, de la imposición, de la invasión, de la sojuzgación de los pueblos, sobre todo aquellos que tienen recursos, como los hidrocarburos, que son fundamentales para los desafíos que tiene impuesta la civilización en el siglo XXI.

¿Cómo juegan los medios en el caso de Antonini Wilson? ¿Se trata de una política contra la integración?

En el fondo sí. Más allá de que aquí están afectando a dos países hermanos sudamericanos que tratan de alimentar una nueva concepción de este proceso de integración y tratan de dividir desde un hecho delincuencial. El intentar llevar ilegalmente una cifra casi millonaria en dólares a la Argentina es un hecho delincuencial. Y está siendo utilizado, básicamente desde Estados Unidos, como factor de provocación. Y yo diría, como intento de desestabilización sobre el nuevo gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en Argentina. Creo que especularon hasta último momento lo que ellos mismos fueron elaborando: la teoría de que desde el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se iba a producir un alejamiento de esta relación estratégica que se ha empezado a construir entre Argentina y Venezuela, desde esta voluntad de Argentina de transferir tecnología, desarrollar industrialmente a Venezuela, de intensificar el comercio y de contarlo como socio pleno del MERCOSUR. Cuando ya en el discurso inicial, frente a la Asamblea Legislativa, Cristina Kirchner reafirma la continuidad y profundización de esa política, me parece que se reacciona rápidamente en menos de 24 horas, se instala un hecho como este que protagonizó Antonini Wilson, acusando incluso que eran recursos que venían para financiar la campaña electoral de Cristina Kirchner. Factor de desestabilización burdo, desconocimiento de las reglas más elementales de la democracia. El pueblo argentino votó y Cristina Kirchner sacó mas del 45% de los votos doblando a la segunda candidata. Creo que reaccionan provocando cuando deberían reaccionar colaborando. Por ejemplo, nosotros quisiéramos que rápidamente sea extraditado Antonini Wilson para que sea juzgado en nuestro país.

martes, 18 de diciembre de 2007

El Mercosur va por más:la Unión Europea, India y Sudáfrica, prioridades

El Mercosur se apresta a firmar hoy un acuerdo de libre comercio con Israel, que tiene una importancia significativa en la vida del bloque regional: se trata del primer acuerdo comercial que el bloque suscribe fuera de América latina.
Concluyen así dos años de intensas negociaciones, donde los intereses de cada una de las partes debieron ser equilibrados, para que el acuerdo comercial prospere y abra de esta manera un importante potencial al mercado regional, algo a lo que ya nos referimos en este espacio.
Pero también tiene este acuerdo una importante impronta política, dado que responde a las críticas que existen sobre la supuesta falta de capacidad del bloque para concretar acuerdos comerciales. La firma de este TLC con Israel, entonces, no sólo implica un entendimiento con un actor de importancia en el comercio internacional, sino termina con aquella valoración negativa.
Con el acuerdo con Israel ya firmado, surge ahora el desafío de redoblar el impulso en otros frentes de negociación en los que ya se encontraba trabajando el bloque, y que serán abordados durante la presidencia pro tempore que la Argentina asume a partir del primero de enero del 2008.
No sólo están dadas las condiciones para hacerlo, sino que además el propio ejercicio negociador abre nuevas posibilidades y va dirimiendo las dificultades que suelen existir entre los socios.
Es en este marco que existe el interés de continuar y reimpulsar la negociación con la Unión Europea (UE). El estancamiento en la Ronda Doha, negociación que había puesto un punto de espera en el dialogo birregional, obliga a las partes a retomar las conversaciones y así procurar un entendimiento que se ha venido postergando.
Es necesario lograr un acuerdo equilibrado con Europa. El capitulo comercial de esta negociación debe ser replanteado para lograr avances que contemplen las asimetrías existentes entre los bloques: la imprescindible apertura de los mercados agrícolas y de productos agroprocesados europeos, como así también un reequilibrio en el segmento industrial; constituyen condiciones inclaudicables para la continuidad de la agenda negociadora pendiente.
Las noticias, en ese sentido, son auspiciosas: ayer se acordó la realización de una reunión técnica en marzo, y un encuentro a nivel ministerial en mayo, en Lima, en el marco del encuentro América latina CaribeUE.
La realización de una reunión ministerial para impulsar un acuerdo trilateral de comercio entre el Mercosur, India y la Unión Aduanera Sudafricana será una de las prioridades para el semestre que comienza.
La importancia de las negociaciones SurSur, y el acceso a nuevos mercados casi inexplorados, y con un gran potencial desde el punto de vista comercial, movilizan el accionar del bloque.
Además de estos escenarios, se encuentra en un proceso de significativo avance el diálogo con el Sistema Integrado de Centro América (SICA). La República Dominicana y Marruecos figuran también en la agenda externa inmediata del Mercosur.
Una última mención debemos realizar a los trabajos iniciados dos años atrás y que apuntan a la concreción de un acuerdo comercial con Corea.
Los estudios de factibilidad realizados por el Mercosur, concluyeron a principios de este mes con la presentación ante las cámaras empresarias, donde se mostraron las oportunidades y desafíos que se abrirían para el sector empresarial, en caso que se logre el mencionado acuerdo de libre comercio.
Como se aprecia, la Cancillería argentina, conducida por Jorge Taiana, ha tomado la decisión de no iniciar ningún proceso negociador sin una consulta previa a los sectores empresariales que podrían verse afectados positiva o negativamente con una asociación comercial de este tipo.
La agenda externa –aunque importante– es tan sólo uno de los capítulos de un complejo Mercosur, cuyos países miembros siguen ratificando como una política de estado prioritaria y el mejor instrumento para la integración al mundo global.
Con todo, es necesario mantener en vista que el funcionamiento del bloque regional no debe limitarse solamente a lo comercial, sino que debe transformarse en una integración profunda que favorezca entramados productivos, sociales y culturales de los pueblos que la componen.

martes, 11 de diciembre de 2007

El debate por la integración

Nadie discute que América debe integrarse, pero las diferentes estructuras económicas, sociales y políticas de los países, como también las posiciones vinculadas con los intereses de los sectores dirigenciales de cada Nación, y las concepciones ideológicas que acompañan a esos intereses, inciden en este debate.
En la década del ’90, integración era casi sinónimo de libre comercio.
Sin embargo, los países desarrollados mantenían –y mantienen aún–, políticas proteccionistas para defender a los sectores más débiles de sus economías a través de subsidios, mientras que reclamaban a los países en vías de desarrollo liberalizar sus economías y eliminar aranceles.
Las consecuencias más nefastas de la aplicación dogmática de esa receta las vivimos en la Argentina, donde no sólo se desarticuló el sistema productivo nacional en lo industrial, en lo científico, en lo tecnológico, sino que también se destruyó lo que era una ventaja competitiva: la producción agrícolaganadera.
Esta política inspirada en el neoliberalismo y el Consenso de Washington fue la responsable de la debacle económica de la Argentina que, aunque expresada de diferentes maneras, mantuvo un denominador común con otros países: crecimiento de la desocupación y aumento de los niveles de pobreza. Esta situación llevó a que los gobiernos de la región enfrenten un debate sobre cuál era la mejor forma de integrarse y defender sus intereses en este mundo global.
Quedó claro que había que tener un Estado con políticas activas que apunten al desarrollo con equidad e inclusión, como forma de fortalecer los sistemas democráticos y nuestras propias culturas.
En los países del Mercosur, este nuevo concepto de integración se da en un contexto muy favorable: gobiernos con afinidad política y un ciclo económico virtuoso de crecimiento e inclusión.
Una primera muestra de esta visión compartida por los gobiernos mercosurianos se expresó en el fuerte debate que el Mercosur sostuvo con otros países de la región en oportunidad de discutirse la integración al ALCA. La postura inclaudicable de los países del bloque y Venezuela (en ese momento en proceso de integración al Mercosur) generó primero una situación de impasse y luego, en la cumbre de Mar del Plata de noviembre del 2005, el deceso definitivo de ese modelo impulsado por los Estados Unidos que tenía por principales banderas sólo el mercado y libre comercio y que seguramente hubiese beneficiado aún más a los países desarrollados en desmedro de las economías en desarrollo. Hay que recordar que mientras desde el discurso los países mas grandes proclamaban el libre comercio, en los hechos no estaban dispuestos a resignar ni un ápice del modelo de protección a la producción agrícola que gasta miles de millones de dólares en sus productores ineficientes.
Como contrapartida, el Mercosur siguió avanzando hacia la Unión Sudamericana; hacia un mayor relacionamiento SurSur; hacia el fortalecimiento del G20 para las batallas en la Ronda de Doha, hacia las negociaciones para acuerdos de libre comercio con otros países, y entre otras estrategias para desarrollar un comercio mas justo y equitativo que beneficie el desarrollo de sus países.
Por último, desde que llegamos a la gestión, consideramos que era necesario un protagonismo más activo de las distintas organizaciones de la sociedad civil. La participación social efectiva es parte de este nuevo enfoque integrador.
Por eso, en la política exterior del gobierno de Néstor Kirchner, durante la gestión de Rafael Bielsa y en la actual del canciller Jorge Taiana, se ha trabajado en el fortalecimiento del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil, “abriendo” la Cancillería a la participación de la sociedad con un objetivo claro: lograr un involucramiento cada vez mayor del conjunto de los ciudadanos en este nuevo rumbo de la integración regional.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Continúan siendo positivas las relaciones con Venezuela y Uruguay


En una entrevista para el programa Asteriscos, el periodista José Calero me preguntó si el trinfo del no en la consulta popular realizada en Venezuela (por la reforma constitucional) podría afectar las relaciones con Argentina.
No las afectaron, entre otras cosas porque se trata de una relación de mutua conveniencia. Además, el reconocimiento de una derrota por tan estrecho margen desmiente todas las elucubraciones y especulaciones sobre la supuesta falta de democracia y de transparencia del gobierno venezolano.
En la misma entrevista afirmé que el conflicto por la instalación de una pastera en Fray Bentos no afectó la relación con Uruguay. La relación es de mucha colaboración y el comercio ha crecido en más de un 110% en los últimos 3 años.

Entrevista para Asteriscos

P:¿Cómo cambian las relaciones de Argentina y Venezuela a partir de la derrota de Chávez en la consulta popular por la reforma de la Constitución?

ES: Yo creo que las relaciones entre Argentina y Venezuela no cambian con esto, y creo que el escenario interno en Venezuela tampoco cambia sustantivamente, lo que se modifica es la transformación que quería, a través de la reforma constitucional que quería producir el presidente Chávez. En realidad, tenés una sociedad que, de alguna medida, se parte mitad por mitad, y en este caso las alternativas eran si o no a la reforma de los 60 y tantos artículos que se le cambiaban a la constitución. Toda la oposición logra articularse alrededor de ese no y por un punto de diferencia se impone. Por una parte, me permite desmentir todas las elucubraciones, especulaciones e inventos que estuvieron circulando por la Argentina y por todo el mundo sobre la (supuesta) falta de democracia y la falta de transparencia del gobierno.


P: Fue lo que dijo Chávez

ES: Me gustaría que todos los “defensores” del sistema democrático tuviesen esa actitud de dignificaciones de los procesos electorales como el que se asumió en Venezuela. Creo que es muy importante y muy aleccionador para todos nosotros.

P: ¿La relación con Venezuela va seguir como ahora?

ES: Es que es de mutua conveniencia. La republica argentina ha pasado en los últimos diez años a multiplicar por diez el comercio que estamos teniendo es un comercio con alto valor agregado se esta asesorando para la instalación de 57 plantas industriales. Eso implica transferencia de tecnología. Se esta produciendo asociatividad empresarial, no solo pensando en el mercado interno de Venezuela sino como se abordar desde allí todo el norte de América del sur, Centroamérica y el caribe creo que es de mutua conveniencia, eso no significa que haya que ponerlo en una falsa contraposición con otras relaciones privilegiadas y estratégicas como la que tenemos con brasil.


P: Lo que parece no estar avanzando es la relación con Uruguay, el tema de las pasteras esta muy complicado.

ES: Pero yo creo que hay que dividir claramente las cosas. Con Uruguay tenemos una controversia. Desde nuestro punto de vista no se ha respetado el tratado del río Uruguay, la instalación de las pasteras no tuvo la aprobación de la comisión administradora del río Uruguay y hubo una fuerte reacción social en la argentina, particularmente en Gualeguaychú y en Entre Ríos, que están temerosos de cómo la pastera va a afectar su economía, su medio ambiente, su salud, y por lo tanto, es lógico que nosotros hayamos ido a la corte internacional de la haya. Pero en el resto del MERCOSUR, la relación es de mucha colaboración, el comercio ha crecido en más de un 110% en los últimos 3 años, en lo que ha estado de manifiesto el conflicto, las relaciones migratorias son sumamente positivas, las relaciones políticas están un poco empeñadas por estas controversias.

P: Celso Amorín admitió que tiene su impacto esta tensión se esta afectando de alguna manera al MERCOSUR

ES: Yo no comparto ese enfoque. Habría que ver en qué contexto lo dijo Amorín. El tema de las pasteras y la controversia está, desde hace mas de un año y medio se aborda en las reuniones de las instancias decisorias del MERCOSUR, me refiero a la comisión de comercio, al Grupo Mercado Común o al Consejo del Mercado Común. Uno no puede decir que no se generan sensibilidades entre los países y mucho menos la estrategia de construcción de un instrumento para insertarnos en el mundo global como el MERCOSUR. Lo que puedo decir es que a mí me afecta mucho más planteamos como el de romper las negociaciones externas comunes que hace el MERCOSUR que la propia controversia que implica la instalaciones de las pasteras.

P: ¿En materia de política económica internacional, hacia donde puede apuntar Cristina? ¿Europa, el mercado asiático, hacia donde puede apuntar?

ES: Primero, hay que diferenciar dos cosas. Una cuestión es la política de promoción comercial que nosotros podamos realizar. Este año vamos a hacer un política de 400 misiones al exterior promocionando productos argentinos, que nos va a permitir llegar a una cifra récord de 53 mil millones de exportaciones, el doble que cuando asumió el presidente Kirchner en lo que hace a exportaciones. El segundo temas es lo que hace a negociaciones comerciales, que Argentina encara en conjunto con el MERCOSUR y que, en esta etapa, esta dirigida a ver si retomamos la negociación de asociatividad con la Unión Europea, estamos terminando la negociación con Israel y el MERCOSUR sudafricano, que es el SACU, y tenemos abiertas 25 negociaciones mas, que estamos tratando de encaminar en esta etapa, muchas de ellas con Asia, donde nosotros creemos que somos fuertemente complementarios, básicamente porque ellos están teniendo un proceso de inclusión social y su principal demanda pasa a ser la que para nosotros es la principal oferta, que es la alimenticia, y por supuesto que lo queremos hacer con el mayor valor agregado posible, con la mayor inteligencia mercosuriana incorporada.

martes, 4 de diciembre de 2007

Mercosur e Israel, lejos del fracaso

En los últimos días, la información sobre el supuesto fracaso de las negociaciones que el Mercosur lleva adelante con Israel para alcanzar un Acuerdo de Libre Comercio inundó los diarios. En muchos de los periódicos se imprimió un tono casi apocalíptico al proceso de negociaciones.
Sin embargo, lejos de lo que se reflejó, el diálogo continúa: mañana miércoles se realizará en la ciudad de Montevideo una videoconferencia, a través de la cual se realizará un nuevo intento por culminar una negociación que lleva poco menos de dos años, tiene un avance de más del 90% y puede convertirse en un hito trascendental en la vida del bloque: sería el primer acuerdo de libre comercio alcanzado por el Mercosur fuera del continente.
Argumentos políticos falaces, que hacían referencia a un supuesto apuro israelí de negociación sin Venezuela, o los que decían que el acuerdo apuntaba a poner límites al presidente Hugo Chávez, desvirtúan el real estado de situación de la negociación y los objetivos que llevaron a las partes a dialogar en busca de un acuerdo de libre comercio: estimular el desarrollo comercial, incrementar nuestras exportaciones y fortalecer las relaciones entre los países.
El acuerdo incluirá la liberalización del comercio de bienes –agrícolas e industriales– y normativa en materia de reglas de origen, normas y barreras técnicas, solución de controversias, procedimientos aduaneros, subsidios, salvaguardias y antidumping.
La incorporación de la normativa apunta a la consolidación de lo negociado en términos de liberalización arancelaria, de manera que las concesiones otorgadas no se vean afectadas por barreras de carácter no arancelario.
Por esto, el Mercosur está trabajando con el objetivo de un entendimiento extensivo en el tiempo, y prevé la incorporación de una cláusula que permita la revisión del acuerdo en un período a determinar de acuerdo con la evolución de las variables económicas de las partes. El acuerdo incluye además la posibilidad de constituir un grupo de estudio que permita explorar la factibilidad de negociar un convenio en materia de inversiones y servicios, temas que son de particular interés para el bloque.
De lo que no hay dudas es del claro potencial que representa el tener un acuerdo como el que se está negociando con Israel. Si bien en el 2006 se registró un comercio global (impo+expo) cercano a los u$s1.070 millones, las exportaciones del Mercosur a Israel sólo representan un 0,3% de las ventas totales externas del bloque, en tanto las importaciones provenientes de ese mercado sólo alcanzan al 0,4% de las totales del Mercosur. El potencial es enorme.
En el caso de la Argentina, durante 2006 las exportaciones a ese país ascienden a 134 millones de dólares que representan el 0,3% del total exportado por la Argentina, en tanto que las importaciones ascienden a 94 millones también representando un 0,3% del total importado por la Argentina, obteniendo una balanza comercial positiva de u$s39,9 millones.
Como se observa, el intercambio comercial no es significativo, por lo que las posibilidades de ampliación y crecimiento del flujo de comercio son altísimas.
Un reciente estudio de impacto elaborado por el Centro de Estudio Internacional de la Cancillería Argentina, marca que a partir de la entrada en vigencia del acuerdo las exportaciones argentinas a Israel podrían llegar a crecer hasta un 25%, incluyendo el acceso a nuevas cuotas por unos u$s6 millones.
Se ha avanzado mucho y son tan sólo unos productos los que faltan para culminar un proceso negociador que se ha pensado bajo la lógica del beneficio mutuo, la apertura de mercados y el aumento en la diversidad exportadora.
Para esto, es necesario desterrar falsas especulaciones de recelo político que entorpecen el objetivo final, que es el de generar un camino hacia el desarrollo de los países del bloque y un mejoramiento en la calidad de vida de sus habitantes.