jueves, 18 de diciembre de 2008

La crisis mundial, el G- 20 y el Mercosur

Por Oscar Laborde
Secretario de Relaciones Institucionales del Frente Transversal

La profunda crisis financiera y económica internacional surgida en el seno de la mayor potencia de la historia, los Estados Unidos, ha puesto en jaque al modelo de dominación y saqueo que ha prevalecido durante los últimos treinta años, el neoliberalismo. La llamada “lógica del mercado” y de la especulación ha abierto procesos recesivos no sólo en EE. UU, sino que Europa y Japón atraviesan dificultades similares, y han lanzado salvatajes multimillonarios sin resultados válidos a la vista. Se trata de una crisis estructural cuyas consecuencias son aún imprevisibles. Hay quienes sostienen que se trata del fin del capitalismo, otros le asignan una sobrevida, e incluso se escuchan voces que hablan de una alternativa dentro del sistema. Lo cierto es que el mundo ya no será el mismo.

Asistimos a una nueva etapa histórica, a un cambio de época, signada por el derrumbe del neoliberalismo en el mundo. América Latina atraviesa un proceso de significativas transformaciones, con presidentes que se parecen cada vez más a sus pueblos. Gobiernos democráticos y populares, con amplio consenso social, han iniciado un nuevo rumbo en la región. Ante el nacimiento de un mundo multipolar, podemos constituirnos en un polo de incidencia real, que tiene como desafío inmediato enfrentar los efectos de una crisis que no generamos.

Nuestros presidentes han identificado sin ambages a los principales responsables de la situación actual, quienes han situado al mundo ante una coyuntura muy peligrosa. El camino recorrido durante los últimos años, nos encuentra con más fortaleza frente a los coletazos de la mayor crisis desde la gran depresión del ’29.

El proceso de integración regional y la prioridad de alcanzar mayores grados de soberanía en materia energética, industrial y alimentaria; la política de desendeudamiento externo y ruptura de la dependencia neoliberal; la acumulación de reservas posibilitada por el superávit fiscal sostenido, y el crecimiento económico con inclusión social y redistribución de la riqueza; la inversión productiva y creación de puestos de trabajo; la firme decisión regional de sepultar el ALCA en el 2005, han sido algunas de las medidas esenciales que nos permiten hoy no sucumbir ante esta profunda debacle.

Resulta muy significativo el conjunto de medidas que se preparan tendientes a impulsar la obra pública y la inversión, a mantener un tipo de cambio competitivo enfrentando las corridas especulativas, a preservar los puestos de trabajo, a abrir nuevos mercados con aquellos países que hoy amenazan la hegemonía unipolar de los Estados Unidos. La estrategia común desplegada por Argentina y Brasil en la reciente Cumbre del G-20, exigiendo la reforma del sistema financiero internacional y créditos del FMI sin condicionamientos, refleja la decisión de nuestros presidentes de profundizar el accionar común en esta etapa tan delicada, frente al propósito de las principales potencias de descargar los costos de la crisis sobre nuestras naciones.

En diciembre asistiremos a una nueva Cumbre del MERCOSUR en Salvador de Bahía, con el objetivo de avanzar en este camino, consolidar el proceso de transformaciones y fortalecer la unidad política entre nuestras naciones.

La última edición de la Cumbre Social del MERCOSUR, realizada en junio en San Miguel de Tucumán, y que contó con la participación de más de 900 personas y centenares de organizaciones de la región, ha sido una nueva expresión de la importancia de la convergencia de actores sociales y gubernamentales en torno a los debates sobre el rol del bloque regional.

Las Cumbres Sociales que se desarrollan desde el 2005 en sintonía con los debates asumidos por nuestros presidentes, han puesto de relieve la necesidad de concebir una integración social, cultural y solidaria, conformando una única voz entre pueblos y gobiernos para avanzar en la oportunidad histórica que se nos presenta.

Declaración del Frente Grande entrerriano

"Sin lugar a dudas que la reducción de las retenciones a las exportaciones de trigo y maíz, la prefinanciación de exportaciones y capital de trabajo para las economías regionales, para el mantenimiento del nivel de empleo, son un estímulo importante para el sector agropecuario, y echan por tierra los argumentos de los agoreros de turno, que pregonan el abandono de la política oficial a los intereses del ruralismo.
Además, el paquete de medidas para estimular la producción industrial, la bonificación de tasa de interés, la baja en los impuestos al trabajo, los programas sectoriales específicos y el intensivo programa de obras públicas, contribuirán a evitar que la economía se contraiga, y forman parte del paquete de medidas por 13.200 millones de pesos, con que el gobierno nacional, afrontará la crisis, posicionando novedosamente al Estado como principal agente financiador de la economía real.
Por otra parte, destacamos, que la positiva reacción del gobierno de Cristina, son una cachetada, a los que vienen apostando al fracaso del modelo económico, inaugurado hace cinco años y medio por Néstor Kirchner, que si bien a encontrado dificultades, a respondido adecuadamente, a los críticos cambios externos que provocaron consecuencias internas; pero además y principalmente las medidas tomadas, son la respuesta que esperaban sectores tales como la pequeña y mediana empresa, el agro y la exportación de productos argentinos, entre otros que demandaban una reacción rápida y eficiente por parte del Estado."
Por Frente Grande de Entre Ríos:
Horacio Garay.- Nelio Calza.- Néstor Loggio.- Horacio Maciel.- Marcelo Alvero

jueves, 11 de diciembre de 2008

Lo que se espera de la Cumbre del Mercosur

ELIMINACION DE DOBLE ARANCEL EN EL MERCOSUR

SERIA AL PRINCIPIO DE ALCANCE LIMITADO



BUENOS AIRES, dic 10 (DyN) - La eliminación del cobro del

doble arancel en el Mercosur arrancaría de manera limitada, con un

fondo de distribución de 30 millones de dólares, e incluirá productos

con hasta un 6 por ciento de tarifa externa.

Así lo adelantó hoy el subsecretario de Integración, Eduardo

Sigal, durante una charla con periodistas en la Cancillería donde

se analizaron algunos puntos de la XXXVI Cumbre del Mercosur que

tendrá lugar en Costa do Sauipe, en Brasil, a 100 kilómetros de

Salvador, Bahía.

"Se implementa la primera etapa para productos con un Arancel

Externo Común (AEC) de hasta el 6 por ciento", señaló Sigal, quien

forma parte de los grupos negociadores.

El funcionario indicó que el programa, aún no aprobado,

arrancaría en esas condiciones "por dos años y después subirío a otros

porcentajes mayores".

"Estimamos que hay un fondo de 30 millones de dólares que

tiene que ir a la redistribucion", agregó Sigal.

Esa cifra, en realidad, no corresponde al dinero producido

efectivamente por el cobro del arancel de un producto que ingresa a

un país del bloque y que termina en otro.

En rigor, el fondo es arbitrario debido a que resulta

practicamente imposible establecer la trasabilidad de un bien ingresado en

un país y consumido en otro.

"Lo fundamental de esos recursos irá a Paraguay por ser el

socio mediterráneo, aunque Argentina tambien es buen comprador",

explicó Sigal.

En rigor, el criterio que se pretende usar para redistribuir

el dinero de las rentas aduaneras del AEC es que lo recaudado quede

en el país donde se consume el bien.

Pero como no se puede seguir claramente el destino de los

productos, algunos incluso pueden ser insumos de otro producto que se

exporta, se pensó en elaborar una fórmula aunque todavía resta

definirla.

Como el Mercosur no es una unión aduanera perfecta, cada país

cobra el arancel cuando un bien importado ingresa por sus aduanas,

aun cuando el destino final sea otro socio del bloque, donde el

producto vuelve a sufrir el mismo tratamiento impositivo generando

un encarecimiento.

CGL MB

F-3799



/Mercosur-Argentina/

La eliminación de doble arancel en el Mercosur sería limitada =

Buenos Aires, 10 dic (dpa) - La eliminación del cobro del doble

arancel en el bloque del Mercosur arrancaría de manera limitada, con

un fondo de distribución de 30 millones de dólares, e incluirá

productos con hasta un seis por ciento de tarifa externa, anticiparon

fuentes de la Cancillería argentina.

El subsecretario de Integración, Eduardo Sigal, precisó que la

eliminación se implementará en una "primera etapa para productos con

un Arancel Externo Común (AEC) de hasta el seis por ciento", según

informó la agencia noticiosa DyN.

El programa de aplicación tendría esas condiciones "por dos años y

después subiría a otros porcentajes mayores", señaló Sigal antes de

la XXXVI Cumbre del Mercosur que se realizará la semana próxima en

Brasil.

El funcionario indicó en tanto que se crearía un fondo de 30

millones de dólares que será redistribuido entre los países del

bloque, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, mientras

que Venezuela todavía está en proceso de adhesión.

"Lo fundamental de esos recursos irá a Paraguay por ser el socio

mediterráneo, aunque Argentina tambien es buen comprador", señaló

Sigal.

El criterio que se seguiría para redistribuir el dinero de las

rentas aduaneras del AEC sería que lo recaudado quede en el país

donde se consume el bien. Pero como no se puede seguir claramente el

destino de los productos, pues algunos incluso pueden ser insumos de

otro producto que se exporta, se pensó en elaborar una fórmula aunque

todavía resta definirla, informó DyN.

Como el Mercosur no es una unión aduanera perfecta, cada país

cobra el arancel cuando un bien importado ingresa por sus aduanas,

aun cuando el destino final sea otro socio del bloque, donde el

producto vuelve a sufrir el mismo tratamiento impositivo generando un

encarecimiento.

dpa cs ki





MERCOSUR-CUMBRE

Mercosur firmará acuerdo de preferencias arancelarias con unión africana



Buenos Aires, 10 dic (EFE).- El Mercosur firmará la semana

próxima un acuerdo de preferencias arancelarias con la Unión

Aduanera del Africa Austral (SACU), en el marco de su cumbre

semestral, informaron hoy fuentes del Gobierno argentino.

El pacto entre el bloque suramericano (Argentina, Brasil,

Paraguay y Uruguay, con Venezuela en proceso de adhesión) y la SACU

(Botsuana, Lesoto, Namibia, Suazilandia y Sudáfrica) alcanza a mil

posiciones arancelarias que serán desgravadas paulatinamente en un

plazo de diez años.

Según el subsecretario argentino de Integración Económica

Americana y Mercosur, Eduardo Sigal, el acuerdo será refrendado por

la SACU en su próxima cumbre.

En diálogo con la prensa, el funcionario indicó por otra parte

que la redacción del código aduanero del Mercosur "está

prácticamente finalizada" y que quedan "tres cuestiones pendientes"

que podrían resolverse en la cumbre de la semana que viene en el

balneario brasileño de Costa de Sauipe.

Entre los puntos sobre los que aún falta consenso están las áreas

aduaneras especiales, dado que Brasil y Argentina ya tienen una cada

uno (Manaus y Tierra del Fuego, respectivamente), y se concedería a

Uruguay y Paraguay la posibilidad de crear las suyas, explicó Sigal.

Otro tema en discusión es la inclusión en el código de los

derechos específicos de importación.

En tanto, Argentina mantiene su pedido para que la norma aduanera

común incluya un párrafo donde se aclare que cada socio mantiene su

derecho de aplicar impuestos a la exportación, algo polémico en un

bloque que busca eliminar las tasas en su comercio interno.

Uruguay ha propuesto que los impuestos a la exportación sean

establecidos por un órgano común.

Por otra parte, Sigal indicó que es "posible" que en la cumbre se

apruebe implementar un mecanismo de distribución de la renta

aduanera, lo que supondrá la eliminación del doble cobro del arancel

externo común (AEC).

Sigal explicó que, aunque aún hay negociaciones, la

redistribución de la renta aduanera favorecería a los socios con

mayor déficit en el comercio intra-zona (Paraguay y Argentina), con

especial consideración hacia el primer país, único miembro sin

puertos marítimos.

Además, es posible que se apruebe un régimen arancelario especial

para la importación de bienes de capital que no se fabrican en el

Mercosur y otro para los destinados a la investigación científica y

tecnológica, además de normas de armonización del denominado régimen

para equipajes.

Mientras, propuestas para elevar el AEC en el caso de lácteos, a

solicitud de Brasil, y para hilados de algodón, muebles y mochilas

de plástico, a petición de Argentina, quedarán pendientes a la

espera de la evolución de las negociaciones multilaterales en la

Organización Mundial del Comercio (OMC).

El funcionario indicó que también está bajo análisis una

propuesta argentina para crear en el bloque una comisión de

seguimiento del comercio, especialmente de las importaciones, que

genere "alertas tempranas" ante desviaciones significativas.

Por otra parte, afirmó que se prevé avanzar en la definición de

los montos para un fondo de ayuda a las pymes, que serán aportados

en un 70% por Brasil, en un 27% por Argentina, en un 2% por Uruguay

y lo restante por Paraguay, al igual que en el Fondo de Convergencia

Estructural del Mercosur (FOCEM).

Respecto al FOCEM, Sigal confirmó que Brasil analiza la

posibilidad de hacer aportes adicionales más allá de lo

comprometido. EFE

nk/ms/mb







ACUERDO CON UNION SUDAFRICANA, EN CUMBRE MERCOSUR



BUENOS AIERS, 10 (ANSA) - El Mercosur y la Unión Aduanera Sudafricana (S

CU) concluyeron un acuerdo de preferencias comerciales que será firmado en la Cumbre del Mercosur que se realizará el martes próximo en Salvador, Brasil. Así lo anticipó hoy el subsecretario de Integración América y Mercosur de la Cancillería argentina, Eduardo Sigal, durante una rueda con la prensa local y extranjera. El acuerdo entre Mercosur y Sacu, integrada por Sudáfrica, Namibia, Lesotho, Bostwana y Swazilandia, contempla el otorgamiento de preferencias para más de 1.000 productos por lado, divididos en cuatro "canastas" y hasta diez años de plazo. La negociación se había estancado a mediados de año cuando SACU pidió mayores ventajas a las economías más pequeñas de ese bloque -todas excepto Sudáfrica- y se destrabó cuando el Mercosur pidió lo propio para Uruguay y Paraguay, lo cual fue aceptado por la contraparte. El acuerdo será firmado en la cumbre brasileña por la embajadora sudafricana en Brasil y luego elevado a los respectivos gobiernos para la aprobación, en el caso de Mercosur, parlamentaria.

Mercosur ya tiene firmado un acuerdo de preferencias comerciales con India y un acuerdo de libre comercio con Israel. Sigal, que estuvo acompañado en la rueda de prensa por el director de Mercosur de la Cancillería argentina, Pablo Grinspun, agregó que se ha avanzado en la redacción del Código Aduanero del bloque y ya hay acuerdo sobre la definición de territorio aduanero y zonas francas. En tanto, falta acordar el pedido argentino de incluir la posibilidad de aplicar derechos de exportación y derechos de importación específicos en en el comercio intrabloque, lo cual sucede de hecho pero hay países como Uruguay que prefieren no dejarlo establecido por escrito. Por otro lado, la Cumbre abordará un mecanismo de distribución de la renta aduanera propuesto por Brasil para evitar el doble cobro del arancel externo común de productos extrazona. "Brasil propuso aportar inicialmente una cifra de unos 30 millones de dólares estimada para el arco de productos que pagan entre cero y seis por ciento de arancel extrazona, y queda por ver si la manera de distribución será entre los países comercialmente deficitarios del bloque, Argentina, Paraguay y Uruguay, y si habrá alguna preferencia para Paraguay como país mediterráneo", explicó Grinspun. En el caso de las áreas aduaneras especiales, que las tienen Brasil y Argentina, está la propuesta de que también las tengan Paraguay y Uruguay. Ambos diplomáticos añadieron que la próxima cumbre del bloque tratará el monto a asignar para el Fondo para Pequeñas y Medianas Empresas aprobado en la anterior cumbre de julio en Tucumán, Argentina. La idea es respetar los porcentajes de aportes del Fondo de Convergencia Estructural (70% Brasil, 27% Argentina, 2% Uruguay y 1% Paraguay) pero falta definir la cifra. La Cumbre de la semana

próxima en Brasil, según Sigal, también decidirá el lapso de prórroga de la aplicación de arancel cero extrazona para bienes de capital, de informática y telecomunicaciones que favorece actualmente a Argentina, Paraguay y Uruguay. La Cumbre, donde los presidentes avalan las decisiones tomadas por ministros de Economía y cancilleres en el Consejo del Mercado Común, también contemplará la armonización del régimen de equipaje de los cuatro países del Mercosur. Sobre la incorporación de Venezuela como miembro

pleno del bloque, cuya aprobación está pendiente.

lunes, 1 de diciembre de 2008

El fracaso del mercado

El fracaso del mercado como asignador eficiente de recursos

Por Alejandro Vanoli*

La actual crisis financiera internacional que se desató al pincharse la burbuja especulativa de las hipotecas de baja calidad crediticia (subprime) ya lleva más de un año y generó la crisis económica internacional más grave desde 1930.
La combinación de políticas económicas inconsistentes de EE.UU., las reducciones de impuestos y el aumento del gasto bélico generaron un profundo déficit fiscal y externo financiado por endeudamiento.
Bajo este escenario macroeconómico, la gestación de esta crisis como todas las crisis internacionales recientes (incluyendo el colapso económico y social de la Argentina en 2001) tienen un denominador en común: la liberalización financiera. El libre movimiento de capitales entre países generan cuatro factores críticos: una abundancia de crédito que se traduce en sobreendeudamiento, burbuja de activos, apreciación del tipo de cambio y déficit de la cuenta corriente.
Esta vez, la crisis financiera no tuvo lugar en la periferia sino en el mismo centro del sistema. Los EE.UU. y gran parte de Europa están enfrentando un proceso recesivo que se está transmitiendo a nivel internacional.
La magnitud de la crisis se está observando en EE.UU., que alcanzó la tasa de desempleo más alta desde 1984, agravada en un contexto de debilitamiento de la confianza del consumidor, aumento del desempleo, falta de crédito, a los cuales se suma un deterioro mayor en el déficit fiscal debido al multimillonario salvamento del sector financiero y una reducción en los impuestos.
Por otra parte, los recientes recortes de tasas de la Reserva Federal no tendrán por sí solos mayor efecto.
Desde el punto de vista macroeconómico, la política monetaria es ineficaz para las trampas de liquidez propias de las crisis. Es por este motivo que se requiere una política fiscal expansiva que compense la ausencia de oferta de crédito y la reticencia de la demanda privada a consumir e invertir. En estas situaciones, sólo el gasto que ejecutan los Estados tiene la magnitud suficiente para superar la recesión, donde aún quedan muchas malas noticias por digerir.
La solución a la recesión radica en la ejecución de políticas de crecimiento. La prevención ante futuras crisis consiste en lograr avances sustanciales en materia de regulación financiera. Desde esta óptica, el presidente electo, Barack Obama, tiene la oportunidad histórica de recrear la confianza y lanzar un amplio programa de estímulo fiscal a la economía que le permita a los EE.UU.
salir rápidamente de esta crisis. En suma, se trata de recrear el “New Deal” de Roosevelt.
J. Stiglitz, en su última visita a Buenos Aires, se manifestó confiado en que la nueva administración ponga un esfuerzo sostenido en aumentar la demanda efectiva por el lado de la inversión en infraestructura, mejoras en salud, educación y gastos en ciencias y tecnología con un criterio de recuperar el crecimiento, mejorar la competitividad y revertir la profunda desigualdad que se generó en EE.UU. en estos años.
EUROPA. En Europa, hasta hace sólo unos meses, el Banco Central Europeo se preocupaba sólo por la inflación, la política monetaria restrictiva y de euro fuerte y el corsé fiscal impuesto por el tratado de Maastricht, que en fases recesivas funciona como una restricción a la recuperación. La reacción fue extraordinariamente lenta ante la severidad de la crisis y si bien luego de más de un año hubo avances en medidas financieras, es casi nulo lo que se ha avanzado en políticas conjuntas de crecimiento. Hoy Europa necesita imperiosamente a un Keynes y líderes que reformen urgentemente Maastricht para poder aplicar un paquete de medidas de crecimiento que le permitan salir del estancamiento.
Por su parte, Asia puede amortiguar pero no compensar totalmente el rol de EE.UU. como consumidor de última instancia. Es así que China, durante la última reunión del G-20, anunció el lanzamiento de un plan de infraestructura de u$s600.000 millones en tres años.
La crisis del neoliberalismo y de la lógica de la autorregulación y el laissez-faire puso en evidencia la miopía cortoplacista y el fracaso del mercado como asignador eficiente de recursos. Es entonces que aparece nuevamente el Estado como actor principal de la economía y se hace imprescindible que intervenga en la economía regulando el funcionamiento de los mercados para sacarlos del marasmo especulativo y ponerlos al servicio de la economía y de la sociedad.
El escenario para los próximos dos años es de menor crecimiento mundial o nulo y tendencia deflacionaria, típico de una fase recesiva. Los términos de intercambio no serán tan favorables por un menor consumo de materias primas, caída de las exportaciones y riesgos de devaluaciones competitivas de monedas, con más proteccionismo en los países desarrollados.
La región cuenta con un escudo sumamente eficaz: el superávit externo. Sin embargo, muchos países de América latina están en riesgo de pasar a un déficit de cuenta corriente por la caída de valor de sus exportaciones.
La Argentina en 2009 mantendrá dicho superávit pero habrá que poner todos los esfuerzos en conservarlo.
Todo esto es consistente con mantener un tipo de cambio lo más competitivo posible, que sea compatible con la estabilidad financiera, una política comercial externa –incluyendo medidas antidumping– atenta a la variación de los flujos de comercio ante la recesión global y las políticas comerciales seguramente más agresivas que habrá a nivel internacional, con seguimiento de los distintos sectores económicos por los impactos comerciales regionales. También se requiere un fortalecimiento de los controles de capitales, incluyendo seguimiento de la evolución de la cuenta servicios y utilidades y dividendos para minimizar riesgos que se transmitan por el sector externo.
Argentina creció por sus políticas con un tipo de cambio competitivo que permitió acumulación de reservas y superávits gemelos con desendeudamiento.
Todas estas políticas se enmarcan en un contexto internacional benigno ciertamente, pero lo cierto es que nuestro país creció más que otros países de la región por no renunciar a la expansión de su economía, aun a riesgo de que el nivel de crecimiento tuviera ciertos desequilibrios.
Ahora se terminó la época de bonanza global y hay una crisis crediticia internacional con tendencias deflacionarias, por lo que es necesario usar el conjunto de las políticas para contrarrestar los efectos recesivos mundiales. Defender el nivel de actividad es clave para mantener la senda de crecimiento que se tomó luego de la crisis del 2001 y la manera de hacerlo es fortalecer la demanda interna. Es cierto que algunos sectores transnacionales (sector automotor, sistema financiero) afrontan ajustes por caída en la demanda internacional o por la propia crisis financiera, pero también existen sobrerreacciones injustificadas con directivas que provienen de las lógicas cortoplacistas de las casas matrices por problemas en sus países de origen. Por eso, se debe proteger el nivel de empleo, evitando medidas abusivas por parte de ciertos sectores empresariales.
En línea con el renacer del neokeynesianismo a nivel internacional, el neoroosveltianismo con Obama, las políticas de crecimiento de China y la esperable reacción de Europa a partir de las medidas de reactivación de España y las iniciativas de Sarkozy y Brown por reformar Europa, la Argentina –que desde 2003 optó por el crecimiento a pesar de las criticas de los epígonos del ajuste y el enfriamiento– debe profundizar su sendero procrecimiento con fortalecimiento del ahorro, el consumo y la inversión nacional.
El Estado debe promover y movilizar el ahorro nacional. Es fundamental el rol del Estado como orientador del crédito hacia la inversión productiva para generar empleo calificado y dinamismo en la economía que permitan mejores salarios. A partir de la nueva ley previsional, clave para avanzar en un eficiente proceso de ahorro-inversión, se contará con fondos para promover decididamente a la economía real.

*Vicepresidente de la Comisión Nacional de Valores