miércoles, 30 de enero de 2008

Los objetivos sociales del Mercosur, el nuevo desafío del bloque

La Argentina ha fijado, como política de Estado, la construcción de un Mercosur que no esté centrado solamente en los aspectos comerciales de la integración.
El desarrollo económico, político, cultural y social es el objetivo a alcanzar, y la participación de los actores de la producción, el mundo académico, las organizaciones sociales y la ciudadanía en general es vital en este proceso.
¿Por qué no simplemente encargar análisis a centros de estudios y universidades y debatir los diferentes aspectos de la integración con paneles de especialistas? Porque creemos que, más allá de lo valioso del aporte que puedan realizar, no hay intelectual o asesor técnico que pueda reemplazar la participación efectiva de los ciudadanos.
La Cancillería argentina generó, guiada por esta idea de apertura ciudadana, la Representación Especial para la Integración y la Participación Social, de la cual depende el Consejo Consultivo de la Sociedad Civil, coordinado desde el 2003 por el embajador Hugo Varsky. Forman parte de este consejo alrededor de 1.300 organizaciones no gubernamentales que en comisiones temáticas tratan todos los aspectos económicos, políticos, sociales y culturales vinculados con la integración.
Dentro del Mercosur, los esfuerzos del consejo consultivo se articulan con los de los otros países miembros a través del Programa “Somos Mercosur”, que tiene como objetivo principal involucrar a la ciudadanía en el proceso de integración regional y generar nuevos espacios para que la sociedad civil y los gobiernos puedan debatir propuestas, formular demandas y participar de los procesos decisorios.
Partiendo de la idea de que la gente tiene que sentirse parte del proceso –no hay Mercosur que sirva si no sirve a sus habitantes, sostenemos– se realizó en julio del 2006, en la ciudad de Córdoba, el encuentro Por un Mercosur productivo y social. Fue la primera de una serie de cumbres sociales realizadas en Brasil, Paraguay y Uruguay, donde la sociedad civil tuvo la oportunidad de expresarse sobre el proceso de integración.
En el marco de la presidencia pro tempore del bloque regional, que ejerce la Argentina hasta junio, la Cancillería y el Programa “Somos Mercosur” tienen previstas iniciativas en el campo social, cultural, político y territorial. El plan de trabajo pone un énfasis especial en las acciones de difusión y capacitación. Busca así hacer visibles las potencialidades del Mercosur y avanzar en la consolidación de una ciudadanía regional.
La difusión del curso “Todos somos Mercosur” en el conjunto de los países del bloque es una de las actividades previstas. Se busca ampliar el conocimiento que la ciudadanía regional tiene sobre el proceso de integración a través de un curso virtual respaldado por tutores voluntarios, que se viene desarrollando con gran éxito.
En el marco del ciclo de encuentros “Somos Mercosur”, entre abril y junio se debatirán los aspectos productivo y social del bloque; los vinculados con las fuerzas políticas de la región y, además, el papel de las provincias, estados federados y regiones subnacionales.
Se prevé organizar un festival de cine itinerante y uno con artistas de reconocimiento internacional de los países miembros. También la distribución masiva de información sobre el impacto que tiene el Mercosur en la vida de los ciudadanos.
Se realizarán, además, jornadas de debate sobre distintos temas relacionados con la integración: Pyme, discapacidad, género, recursos naturales y tecnologías de la información y las comunicaciones estarán en el centro del intercambio de ideas.
Para construir un Mercosur democrático, justo e igualitario se necesita que la ciudadanía tenga un papel activo en la construcción del modelo de integración.
De lo contrario, ¿cómo conseguiríamos seguir avanzando? ¿Cómo podríamos tener políticas efectivas para todos los sectores de la sociedad? Potenciar la participación popular es por eso el elemento decisivo de este proceso.

viernes, 25 de enero de 2008

También lo venera el Frente Grande

25/01/2008 Ambito Financiero - Nota - Política

En medio del operativo clamor lanzado desde el oficialismo para que Néstor Kirchner asuma la presidencia del PJ nacional, el titular del Frente Grande, Eduardo Sigal, pidió ayer que el ex mandatario también se haga cargo formalmente de la presidencia del Frente para la Victoria.

El jefe del Frente Grande -uno de los partidos que integra el Frente para la Victoria- planteó el pedido ante el senador kirchnerista José Pampuro, uno de los encargados del proceso de normalización del PJ.

Ocurre que Sigal, subsecretario de Integración Económica, Americana y Mercosur de la Cancillería, pretende que también se encare un proceso de reorganización del frente político que desde 2003 utilizó el oficialismo para presentarse en los diversas instancias electorales, dado que el Frente para la Victoria carece de presidente.

«Más allá de la decisión de Néstor Kirchner de encabezar o no el PJ, consideramos que naturalmente debería presidir el Frente para la Victoria, un espacio que incluye a peronistas, radicales, movimientos sociales y fuerzas de centroizquierda», sostuvo el dirigente durante la reunión realizada en el Senado de la Nación.

Sigal ratificó así su deseo de que se establezca una mesa de conducción del frente -como espacio formal de discusión entre los referentes de las diversas fuerzas que lo integrany que la misma sea presidida por su «líder natural», Néstor Kirchner.

Del encuentro con Pampurotambién participaron los presidentes del Frente Grande de Capital, Alejandro Otero; de la provincia de Buenos Aires, Jorge Drkos; y del Instituto de Formación del partido, Arnaldo Bocco.

En la reunión, los dirigentes del Frente Grande ratificaron su adhesión al «proceso de transformaciones hoy encabezado por Cristina Kirchner» y consideraron que el marco es «propicio para un fortalecimiento del Frente para la Victoria como espacio político multipartidario que de sustento y apoyo a la gestión del gobierno».

Por su parte, Pampuro tomó nota del pedido formulado por los dirigentes del Frente Grande, y señaló que se lo transmitirá al ex presidente.

jueves, 24 de enero de 2008

El Frente Grande quiere que Kirchner presida el Frente para la Victoria

Integrantes de la Mesa Nacional del Frente Grande se reunieron con el Presidente Provisional del Senado, José Pampuro, uno de los principales dirigentes políticos del kirchnerismo.

La reunión fue para transmitirle que el Frente Grande quiere ser interlocutor del justicialismo y de otras fuerzas políticas en el armado del Frente para la Victoria.

Se analizó en el encuentro el proceso político nacional y, en esa charla, Pampuro transmitió a sus interlocutores que es posible una normalización del Partido Justicialista. El PJ podría ser presidido – dijo - por el ex Presidente Néstor Kirchner.

Los dirigentes frentegrandistas se mostraron optimistas frente a esa perspectiva, que permitiría recuperar el diálogo entre ambos partidos.

La reunión se realizó en el Senado de la Nación y contó con la presencia de los presidentes del Frente Grande a nivel nacional, Eduardo Sigal; de Capital y provincia de Buenos Aires, Alejandro Otero y Jorge Drkos; y del Instituto de Formación del partido, Arnaldo Bocco.

“Más allá de la decisión de Néstor Kirchner de encabezar o no el Partido Justicialista, consideramos que naturalmente debería presidir el Frente para la Victoria, un espacio que incluye a peronistas, radicales, movimientos sociales y fuerzas de centroizquierda”, afirmó Sigal.

En la reunión, los dirigentes del Frente Grande ratificaron su adhesión al proceso de transformaciones hoy encabezado por Cristina Fernández de Kirchner y consideraron que el marco es propicio para un fortalecimiento del Frente para la Victoria como espacio político multipartidario que de sustento y apoyo a la gestión del gobierno.

martes, 22 de enero de 2008

Los acuerdos comerciales como instrumento de crecimiento para América latina

Durante el 2007, los países de América latina y el Caribe tuvieron un crecimiento conjunto del 5,6%, de acuerdo con el Balance de las Economías de América Latina y el Caribe 2007 que elabora anualmente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La cifra no debe pasar inadvertida al resto del mundo, por la tendencia de crecimiento sostenido que la región observa desde hace cinco años, basada en la demanda interna, aumento del consumo y expansión del comercio exterior.
El mismo informe indica que las exportaciones totales en América latina crecieron un 12,3% durante el 2007, alcanzando una cifra de u$s751.000 millones, en tanto que las importaciones crecieron un 18% respecto del año anterior, llegando a los u$s677.000 millones.
No sólo el incremento en los precios, sino también de los volúmenes son los factores que acompañaron la suba en los envíos desde la región al resto del mundo.
A pesar de la desaceleración registrada en los EE.UU. este año, la economía mundial registró niveles de crecimiento cercanos al 5%, gracias al desempeño de países como China e India. Se trata de una realidad que favoreció al aumento de los precios básicos de productos de interés para la región.
En esta línea, los países latinoamericanos intensificaron durante el 2007 sus vínculos comerciales con países y bloques económicos de fuera de la región, convencidos de que, sumados al desarrollo del mercado interno, estos acuerdos constituyen una herramienta vital para su desarrollo económico.
El desarrollo en el comercio también se registró en el mercado intrarregional, incluso con un mayor dinamismo que lo que marcan las estadísticas a nivel global. La existencia de los acuerdos de complementación económica entre todas las economías de Sudamérica y un contexto político y económico favorable alentaron a que haya aumentado el intercambio de productos en el subcontinente.
Con un incremento cercano al 20%, los países de la región cambiaron el destino de sus importaciones y exportaciones por economías más cercanas, favorecidos por las condiciones otorgadas por los acuerdos comerciales.
La complementación económica ha demostrado su utilidad para favorecer a la integración, el crecimiento y el mejoramiento en la calidad de vida de los habitantes.
Según un informe de la Asociación Latinoamericana de Integración, la expansión de las exportaciones regionales durante el 2007 fue generalizada, pero los motores del crecimiento intrarregional siguen siendo Brasil y la Argentina, que han cambiado su matriz importadora y exportadora mirando más a la región. Venezuela, en tanto, orienta las compras de bienes hacia Sudamérica en reemplazo de los EE.UU., antes uno de sus principales proveedores.
El crecimiento de la tasa de ocupación en América latina del 54,1 al 54,6% durante el 2007, y el consecuente descenso del 8,6 al 8% de los índices de desocupación, explicados por el ritmo de crecimiento de las economías y la movilidad del comercio exterior, dan una muestra del camino a seguir para consolidar un proceso de crecimiento con distribución equitativa de la riqueza.

lunes, 21 de enero de 2008

Entrevista para Canal Rural

Acerca de las asimetrías intraregionales y los objetivos de la presidencia Protempore de Argentina dije:

“En el MERCOSUR venimos trabajando en una política de desarrollo que no se asiente sólo en el comercio sino que también tenga que ver con la asociatividad empresarial, el desarrollo de las cadenas de valor, la posibilidad de financiamiento de distintos proyectos productivos. Sobre las asimetrías, nosotros estamos pensando primero en el desarrollo de Paraguay y Uruguay. Y en segundo lugar, tenemos en cuenta que ni Argentina ni Brasil tienen un desarrollo parejo e integrado en toda su extensión. Entonces hay zonas que requieren una atención particular”.

“Nosotros lo que hemos hecho es, en primer lugar, reconocer que existen las asimetrías; segundo, establecer por diez años un fondo de 100 millones de dólares por año destinado al desarrollo de zonas mas deprimidas: por ahora hay quince proyectos en ejecución, básicamente en Paraguay y Uruguay y empezamos a analizar ahora algunos proyectos vinculados a Argentina, que va a utilizar una cuota muy pequeña. Si bien entre Argentina y Brasil aportamos el 97% de esos fondos, solamente el 10% van a ser utilizados en Brasil y Argentina”.

“También estamos pensando, durante la presidencia pro tempore, crear un fondo para las PyMEs, que son las principales generadoras de empleo. Este es uno de los temas centrales de nuestra presidencia junto a algunas cuestiones que pensamos para perfeccionar la zona de librecomercio y la unión aduanera, como es terminar la redacción de código aduanero del MERCOSUR. Estamos discutiendo un mecanismo de distribución de la renta aduanera y la informatización On Line de las aduanas como tres componentes básicos de la unión aduanera, que es uno de los componentes de esta presidencia”.

Sobre la compra de empresas argentinas por parte de firmas extranjeras afirmé:

“Es un fenómeno de este mundo global. Así como hay empresas extranjeras que invierten en el país, también hay firmas argentinas que invierten en el exterior. Si yo digo que solamente en San Pablo hay 52 empresas de capitales argentinos desarrollándose, estoy diciendo que es un fenómeno de época. Por supuesto, a nosotros nos interesa que en algunos resortes básicos de la economía estén esos capitales nacionales; pero no tendría una actitud muy pegada a un nacionalismo para mi de vieja usanza que dice que si es capital nacional está todo bien y si es capital extranjero esta todo mal. Yo creo que acá hay que mirar que la circulación de capital es una de las particularidades de este mundo global”.

Acerca de lo que se viene en materia de acuerdo con otros países o regiones económicas luego del acuerdo con Israel señalé:

“Ha sido un paso muy importante el acuerdo con Israel, siendo la primera vez que el MERCOSUR logra un tratado con un país de fuera de América, porque los cuatro miembros plenos del Mercosur tenemos acuerdos de complementación económica con los otros seis países de América del Sur, pero tenemos 25 escenarios de negociación abierta, entre ellos con la Unión Europea, que retomamos el proceso de negociación a nivel técnico los primeros días de abril próximo, y pensamos en mayo hacer una reunión a nivel ministerial. Para nosotros es sumamente importante”.

“Además tenemos prevista una reunión a nivel ministerial con el SACU - que es MERCOSUR Sudafricano- y la India, para los primeros días de abril. También se va a realizar una reunión a nivel ministerial aquí en Argentina como parte de la presidencia Pro Tempore del MERCOSUR. Y estamos abriendo otras negociaciones de una potencialidad enorme, como es el caso de Marruecos; o el Consejo de Cooperación del Golfo; o Pakistán. Estamos trabajando en un estudio de impacto de un eventual acuerdo con Corea. Estuvimos conversando con el nuevo presidente de Guatemala, Alvaro Colom, para ver como potenciamos la relación del MERCOSUR y el Sistema Integrado de Centroamérica. En fin, estamos trabajando en esto porque hay que ganar más integración, más complementación y Argentina en el MERCOSUR tienen la posibilidad no solo de vender sin de transferir tecnología, generar mecanismos de desarrollo importante para que en la argentina se creen empleo de calidad”.

martes, 15 de enero de 2008

Se abre una nueva etapa en las relaciones con Guatemala

Por primera vez en 50 años de historia, un dirigente de centroizquierda conducirá los destinos de Guatemala. Se trata de Álvaro Colom, quien ayer asumió la presidencia de ese país, configurando una coincidencia desde lo político que se observa en gran parte de Latinoamérica, donde hay gobiernos para los que la región y la construcción de sus propias identidades es referencia central.
Fue el pueblo guatemalteco quien a través del voto popular pidió un cambio de rumbo en ese país, lo que constituye una expresión más de los vientos transformadores que recorren América Latina. Señala la voluntad inquebrantable de un pueblo en la dirección de la unidad latinoamericana.
Y es justamente esta decisión, este contexto favorable desde lo político y económico, el que debe ser aprovechado por nuestros gobiernos para establecer vínculos más profundos de cooperación, de relacionamiento bilateral, así como también para dar un definitivo impulso a una negociación entre nuestro Mercosur y el Sistema Integrado de Centro América, al que Guatemala pertenece.
Hoy Guatemala cuenta con una economía en desarrollo y esto favorece en ese objetivo. El desempeño económico mejoró en 2007 con un crecimiento del 5,6%, que obedeció al dinamismo del consumo privado, y prevé para este año un crecimiento del 5%. Sin embargo, aún persiste un fuerte déficit en su balanza comercial y un comercio que depende en un 62% de los Estados Unidos.
La nueva administración encontrará un país en crecimiento pero con profundos desequilibrios en los social y con grandes desafíos en materia de inseguridad ciudadana, fortalecimiento del estado de derecho y la exclusión social.
A través de las herramientas de cooperación, nuestro país puede realizar un gran aporte al gobierno de Colom. El fomento de asociatividad empresaria entre los dos países permitiría una contribución en el desarrollo económico y la generación de empleo. Pero además, la generación de ámbitos de colaboración entre nuestros sistemas de salud, jurídico y educativo constituyen herramientas que ayudarán en el cumplimiento de esos desafíos.
Nuevos aires llegan a Guatemala a partir de la asunción de Álvaro Colom; y es nuestra región la que debe ser capaz de fortalecer los vínculos políticos y comerciales con ese país, con el objetivo de lograr un desarrollo más armónico y menos asimétrico en América. Argentina sabe que tie ne en Guatemala un gobierno amigo, elegido en ejercicio de la más plena libertad política.

viernes, 11 de enero de 2008

Integración productiva y nuevos acuerdos, prioridad del Mercosur

Desde principios de este mes, el Gobierno argentino asumió la presidencia pro tempore del Mercosur, por lo que hasta mitad de año contará con la responsabilidad de llevar adelante iniciativas tendientes a profundizar este proceso de integración.

Es conocido, y lo hemos repetido en este espacio, el carácter de prioritario que tiene para nuestra política exterior la integración regional: en la última cumbre de presidentes realizada en Montevideo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ratificó una vez más el compromiso de nuestro país con el proceso.

La agenda de temas de contenido económico comercial, elaborada por los equipos que conduce el canciller Jorge Taiana, pone a la integración productiva como uno de los objetivos clave que impulsará durante la presidencia. Es el momento del Mercosur productivo y social: la Argentina es consciente de ello y orienta su trabajo a darle un mayor fomento a las cadenas de valor, a la promoción de foros de competitividad y la generación de instrumentos que favorezcan a las empresas de menor desarrollo. Con este enfoque se pretende lograr una mayor competitividad y un mayor fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa a través del desarrollo de clusters regionales que favorezcan la cooperación y la complementación de empresas.

Para reforzar estas políticas se desarrollará un programa Mercosur de integración productiva, que articulará las diferentes actividades que en este sentido se están desarrollando, y que a la vez permitirá sentar las bases para futuras iniciativas. El impulso a foros de competitividad para el sector Cinematográfico y Madera y Mueble, así como también otras iniciativas como el programa de desarrollo de Proveedores de empresas ancla, desarrollo regional de circuitos turísticos, densificación de la cadena automotriz e intercambio de experiencias empresariales están contempladas en este programa.

Comenzará a funcionar en este semestre el Fondo Mercosur de Apoyo a Pyme, una iniciativa que va en la misma línea que el Programa de Integración Productiva y que apuntará al financiamiento y desarrollo de los pequeños y medianos productores.
La libre circulación de mercaderías sigue siendo una de las asignaturas pendientes en el bloque; tanto para la optimización de su funcionamiento interno, así como también porque constituye un elemento fundamental en las negociaciones externas. Desde el 2004, el bloque dictó la decisión 54/04 que apunta a la eliminación del doble cobro del arancel, la generación de un mecanismo de distribución de la renta aduanera y estos trabajos constituyen una de las tareas más importantes en la agenda del Mercosur actual.

El mecanismo para la distribución de la renta aduanera y la redacción final del Código Aduanero –deuda pendiente desde el dictado del protocolo de Ouro Preto en 1994– deberían estar definidos para el final de semestre.
La agenda externa sigue teniendo prioridad en los objetivos del bloque. La reciente firma del tratado de libre comercio con Israel tuvo una significativa importancia en la vida del Mercosur y da impulso a la concreción de otros acuerdos que se encuentran actualmente en proceso de negociación.

La Argentina, poniéndose al frente de la iniciativa en el bloque, fijó como negociaciones centrales el avance en el acuerdo con SACU y la concreción de una reunión ministerial para alcanzar un acuerdo tripartito entre el Mercosur, India y la Unión Aduanera de África del Sur. A lo que hay que sumar la recuperación del diálogo con la Unión Europea con un nuevo encuentro ministerial en mayo, y el inicio de encuentros con Marruecos, la República Dominicana y Turquía.

Por último nuestro país impulsará trabajos tendientes a lograr un disciplinamiento de los incentivos a la producción, a la inversión y a las exportaciones; un mejoramiento en el funcionamiento institucional del bloque, la incorporación de normativa y la implementación de un plan estratégico de desarrollo social.
Es la muestra de un Mercosur en marcha, con una activa agenda en la que el gobierno argentino demuestra la importancia estratégica que le da al proceso de integración regional. Este Mercosur, que en los 90 sufrió el neoliberalismo, crisis económicas, sociales e institucionales, hoy enfrenta una etapa orientada a lo social y productivo, con gobiernos en sintonía política y con un contexto económico favorable.

Este óptimo escenario deberá aprovecharse en el semestre que comienza, para seguir apostando a la integración de nuestros pueblos, con el fortalecimiento democrático y la inclusión social como ejes irrenunciables de sus políticas de gobierno.

Un pais reinsertado en el mundo, en una region mas integrada

El ciclo presidencial que se acaba de cerrar en Argentina con la asunción de la nueva presidenta se caracterizó por la recuperación del país en todos los planos; y un aspecto sumamente discutido y que merece atención especial en el mundo en que vivimos es el de las relaciones internacionales.
Para los más críticos respecto del gobierno de Néstor Kirchner, su política internacional habría estado signada por el “aislamiento” del país. En realidad la afirmación es totalmente retórica porque en el mundo unificado por las tendencias globales, ninguna nación puede vivir aislada. El capital financiero, las migraciones, las revolucionadas comunicaciones vinculan a todos los puntos del planeta todo el tiempo. De modo que de lo que estamos hablando es de cómo un país participa de ese flujo incesante de interacciones mundiales. Si se quiere usar el término, con la relatividad que se desprende de lo anterior, Argentina nunca estuvo tan “aislada” como cuando debió declarar la cesación de pagos de sus compromisos internacionales y cuando todos sus contratos –incluido ese contrato central que es el valor de la moneda- se habían quebrado.
Hoy está de moda naturalizar lo ocurrido en nuestro país en los últimos cinco años. No es muy cómodo para algunos reconocer que lo que se hundió en los agitados días de diciembre de 2001 fue un paradigma de interpretación y acción en el mundo. Era un relato que hacía coherente el programa interno y externo del país: en lo interno, una reforma radicalmente liberalizadora de los mercados, privatizaciones, desregulaciones, contratos de concesión de servicios públicos en condiciones oprobiosas para el país, endeudamiento extremo e irresponsable, desindustrialización y extranjerización de la economía; en lo externo, sumisión incondicional a los dictados de la principal potencia de nuestra época, compromiso con guerras injustas, relación estrictamente comercial con los países vecinos. Ese fue el programa que explotó en 2001, ésa es la ruta que proponen algunos críticos de la orientación actual.
La salida de la crisis tampoco fue un hecho natural, un mero resultado de condiciones externas favorables. Argentina optó por una política de desarrollo productivo, de industrialización, de políticas públicas dirigidas a la promoción de nuestra competitividad externa. Es una estrategia para la cual la política exterior no es un elemento secundario, sino una pieza fundamental. Los datos más salientes de estos años fueron, sin duda, la negociación exitosa e inéditamente favorable de la deuda externa y la profundización del proceso de integración regional, donde la prioridad es el MERCOSUR y la relación con Brasil es considerada estratégica por el gobierno.
Como dato concluyente contra la teoría del aislamiento, puede decirse que ningún país aislado pasa de 25.000 millones de dólares de exportaciones en 2002 a 55.000 millones durante este año.
La participación en los escenarios de negociación comercial con todas las regiones del mundo es otro signo de esa apertura. El avance en las relaciones con México y, como parte del Mercosur, la finalización de un tratado comercial con Israel. Es muy activo el vínculo con Asia Pacífico y particularmente con China. Si bien, el acuerdo Unión Europea- Mercosur sigue trabado a causa de que nuestra contraparte no avanza en la superación del tema de los subsidios internos que traban la exportación de nuestros productos agrícolas, la negociación se mantiene activa y promisoria.
Además, en este análisis hay que mencionar que fue el Mercosur el que enfrentó el proyecto del ALCA impulsado por el gobierno norteamericano. Y la causa del rechazo no fue la renuencia a firmar cualquier acuerdo con Estados Unidos, sino lo que nuestro bloque consideró como un formato fuertemente asimétrico del proyecto, que abría nuevos mercados para los países de más desarrollo, mientras mantenía restricciones en el propio para nuestros productos.
En estos días ha vuelto a situarse en el centro de la escena el rol de la República Bolivariana de Venezuela en la región. Un reciente editorial del Washington Post, de útil lectura para comprender la posición de ciertos sectores influyentes del establishment norteamericano, sugiere que la política exterior argentina la pone en la condición de “colonia” de ese país. El tono del artículo pone en cuestión la idea de que el escándalo del agente Antonini Wilson y las valijas sería una cuestión meramente judicial y no habría intencionalidad política contra el gobierno argentino. Es público y notorio que hay sectores del poder en Estados Unidos que están trabajando activamente contra los procesos de integración regional en el sur del continente; el debilitamiento de los vínculos de nuestro país con Venezuela es un objetivo central para ellos.
En oportunidad de la visita de Cristina Kirchner al presidente Lula en Brasil, cierta prensa interpretó que el país estaba haciendo un viraje hacia ese país, en detrimento de su relación con el gobierno de Chávez. Tal giro no existe. Ante todo porque la relación con Brasil era y sigue siendo estratégicamente prioritaria para el gobierno argentino. Como en muchos otros temas, hay en los críticos una carencia de sustento empírico de sus afirmaciones. Los gobiernos de Brasil y Argentina, representados por sus presidentes, firmaron en 2003 un acuerdo con el sugestivo nombre de “Consenso de Buenos Aires”. En ese documento está la hoja de ruta de un proceso de acercamiento sin antecedentes entre ambos países, durante estos cuatro años. No fue una interacción exclusivamente declarativa: se han producido avances importantísimos en materia de comercio mutuo, como el acuerdo sobre “mecanismos de adaptación competitiva” alcanzado en 2006, que destraba muchos de los inconvenientes que surgían de la relación comercial. Así también se alcanzó un acuerdo en el rubro automotriz, en el que Brasil explícitamente reconoce y promueve el rumbo de reindustrialización asumido por la Argentina.
Brasil y Argentina trabajan juntos en una gran variedad de escenarios. Juntos promovieron el grupo de los 20 en la reunión de la OMC de Cancún en 2004; es un grupo de países que articulan sus reclamos por condiciones de comercio equitativas entre los países desarrollados y los emergentes. Ambos países fueron decisivos para que el Mercosur adoptara en 2006 los llamados Fondos de Convergencia Estructural, dirigidos a impulsar proyectos orientados a disminuir las asimetrías con los países de menor volumen económico del bloque. El propio proceso de incorporación de Venezuela al Mercosur, iniciado en 2006, sería inconcebible sin un fuerte protagonismo brasileño y argentino. De modo que las fantasías sobre “colonialismos” interiores a nuestro subcontinente no son sino pretextos ideológicos de una política opuesta al proceso de integración en América del Sur.
El país tiene una política exterior de inserción en el mundo, a partir de una clara definición de prioridades hacia la integración regional. Mercosur es hoy el proceso más avanzado de ese proceso de integración. En los últimos años se ha generado una oportunidad muy importante para nuestros países. En primer lugar, porque toda la región está creciendo económicamente; en segundo lugar, porque en gran parte de Sudamérica hay gobiernos con orientación transformadora, para los que la región ha vuelto a ser la referencia central. Nadie puede ignorar que la integración atraviesa problemas; el principal de ellos es la existencia de una considerable brecha económica con los países de menor volumen. No hay fórmulas mágicas para resolver ese problema, que viene de lejos en nuestra historia. Sin embargo, los avances ya señalados muestran un camino que se puede y se debe transitar. Durante la presidencia pro tempore de Argentina se pueda dar un nuevo impulso en esa dirección a partir del cumplimiento de sus principales objetivos: eliminar el doble arancel aduanero, y asegurar la libre circulación de bienes a partir de un mecanismo de distribución de la renta aduanera y un código único. El MERCOSUR se propone además dos metas adicionales para el primer semestre de 2008: diseñar un programa de integración productiva - que incluya un fondo de apoyo a las PyMEs involucradas en iniciativas de complementariedad económica - y una mejora del Protocolo de Resolución de Controversias.
Superada la parte más aguda de la crisis, Argentina está en mejores condiciones de plantearse nuevas metas para su relacionamiento externo. Esto debe ser así, porque no hay futuro para un proyecto de desarrollo productivo e inclusión social en los marcos estrechos del Estado nacional. En el mundo globalizado los límites entre política interior y exterior se han ido diluyendo y casi no hay problema de la agenda central de los Estados que no requiera una mirada internacional. A un determinado proyecto político nacional corresponde una perspectiva internacional. Argentina se endereza hacia un modelo de desarrollo económico productivo y diversificado, con el centro en la inclusión social: necesitamos un proceso análogo de desarrollo regional y condiciones de paz mundial que sólo puede asegurar un marco multilateral. Para vivir en un mundo más seguro, necesitamos un mundo más justo.