martes, 4 de diciembre de 2007

Mercosur e Israel, lejos del fracaso

En los últimos días, la información sobre el supuesto fracaso de las negociaciones que el Mercosur lleva adelante con Israel para alcanzar un Acuerdo de Libre Comercio inundó los diarios. En muchos de los periódicos se imprimió un tono casi apocalíptico al proceso de negociaciones.
Sin embargo, lejos de lo que se reflejó, el diálogo continúa: mañana miércoles se realizará en la ciudad de Montevideo una videoconferencia, a través de la cual se realizará un nuevo intento por culminar una negociación que lleva poco menos de dos años, tiene un avance de más del 90% y puede convertirse en un hito trascendental en la vida del bloque: sería el primer acuerdo de libre comercio alcanzado por el Mercosur fuera del continente.
Argumentos políticos falaces, que hacían referencia a un supuesto apuro israelí de negociación sin Venezuela, o los que decían que el acuerdo apuntaba a poner límites al presidente Hugo Chávez, desvirtúan el real estado de situación de la negociación y los objetivos que llevaron a las partes a dialogar en busca de un acuerdo de libre comercio: estimular el desarrollo comercial, incrementar nuestras exportaciones y fortalecer las relaciones entre los países.
El acuerdo incluirá la liberalización del comercio de bienes –agrícolas e industriales– y normativa en materia de reglas de origen, normas y barreras técnicas, solución de controversias, procedimientos aduaneros, subsidios, salvaguardias y antidumping.
La incorporación de la normativa apunta a la consolidación de lo negociado en términos de liberalización arancelaria, de manera que las concesiones otorgadas no se vean afectadas por barreras de carácter no arancelario.
Por esto, el Mercosur está trabajando con el objetivo de un entendimiento extensivo en el tiempo, y prevé la incorporación de una cláusula que permita la revisión del acuerdo en un período a determinar de acuerdo con la evolución de las variables económicas de las partes. El acuerdo incluye además la posibilidad de constituir un grupo de estudio que permita explorar la factibilidad de negociar un convenio en materia de inversiones y servicios, temas que son de particular interés para el bloque.
De lo que no hay dudas es del claro potencial que representa el tener un acuerdo como el que se está negociando con Israel. Si bien en el 2006 se registró un comercio global (impo+expo) cercano a los u$s1.070 millones, las exportaciones del Mercosur a Israel sólo representan un 0,3% de las ventas totales externas del bloque, en tanto las importaciones provenientes de ese mercado sólo alcanzan al 0,4% de las totales del Mercosur. El potencial es enorme.
En el caso de la Argentina, durante 2006 las exportaciones a ese país ascienden a 134 millones de dólares que representan el 0,3% del total exportado por la Argentina, en tanto que las importaciones ascienden a 94 millones también representando un 0,3% del total importado por la Argentina, obteniendo una balanza comercial positiva de u$s39,9 millones.
Como se observa, el intercambio comercial no es significativo, por lo que las posibilidades de ampliación y crecimiento del flujo de comercio son altísimas.
Un reciente estudio de impacto elaborado por el Centro de Estudio Internacional de la Cancillería Argentina, marca que a partir de la entrada en vigencia del acuerdo las exportaciones argentinas a Israel podrían llegar a crecer hasta un 25%, incluyendo el acceso a nuevas cuotas por unos u$s6 millones.
Se ha avanzado mucho y son tan sólo unos productos los que faltan para culminar un proceso negociador que se ha pensado bajo la lógica del beneficio mutuo, la apertura de mercados y el aumento en la diversidad exportadora.
Para esto, es necesario desterrar falsas especulaciones de recelo político que entorpecen el objetivo final, que es el de generar un camino hacia el desarrollo de los países del bloque y un mejoramiento en la calidad de vida de sus habitantes.

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