miércoles, 30 de abril de 2008

Buena noticia para el Mercosur

El triunfo de Fernando Lugo en la elección presidencial paraguaya es una noticia muy positiva para las perspectivas del proceso de integración regional.
El ahora presidente electo del Paraguay se pronunció reiteradamente, durante su campaña electoral, a favor del fortalecimiento y profundización del Mercosur. Lo hizo, incluso, polemizando con sectores empresarios de su país que, sobre la base de criticar aspectos de su funcionamiento, plantean la necesidad de que Paraguay se retire del bloque.
Claro está que la integración no es un proceso de unidad ideológica. Es un proyecto estratégico, de largo plazo, que tiene que ir creando una robustez institucional y un respaldo social y cultural de sus pueblos, que lo pongan al abrigo de los cambios de rumbo y de partido, propios de toda democracia.
Sin embargo, hay circunstancias como la actual, en que las etapas políticas que vive cada país se sincronizan notablemente a favor de un mayor ritmo y una mayor solidez en la integración. Paraguay se acaba de incorporar decididamente, con la elección realizada por su pueblo, al nuevo clima que vive la mayor parte de los países de Sudamérica. Es un clima en que el rol de los Estados, su capacidad de establecer los equilibrios que hagan socialmente sustentable a nuestras democracias, la cuestión de la lucha contra la pobreza y la desigualdad y la necesidad de asociar franca e irreversiblemente a nuestros países en términos de estrategias productivas competitivas y proyectos de justicia social, han pasado a ser puntos centrales de las agendas nacionales. Paraguay sufre, dentro del Mercosur, el peso de las asimetrías respecto de los países de mayor volumen del bloque, Brasil y la Argentina. Es una realidad sobre la que hemos venido trabajando en el último período; la creación de los Fondos de Convergencia Estructural destinados a financiar proyectos de desarrollo en países y regiones que sufran esas asimetrías es uno de los principales avances. En esa misma dirección, el Mercosur trabaja en proyectos para promover la asociatividad entre pequeñas y medianas empresas, orientados a favorecer cadenas de valor con el consecuente avance en la generación de empleo para cada uno de nuestros países. Naturalmente, estas iniciativas no están a la altura de lo que necesitamos, pero indican una disposición en todos nuestros países a atender esta realidad.
La de las asimetrías es, por otro lado, una realidad de la que no es responsable ninguno de los vecinos del Paraguay ni su propio pueblo, sino un tipo de políticas económicas que afectó a todos nuestros países.
El presidente Lugo tiene hoy la legitimidad y la convicción para encabezar una nueva etapa política en el hermano país. Una etapa que ayude a superar en común viejos recelos y estériles contradicciones que tendieron a acentuar el atraso y la injusticia en nuestros países. Más que ayer, Paraguay y Argentina pueden trabajar unidos por un proyecto común de fortalecimiento democrático, reparación social e integración regional.
Con seguridad, los cambios políticos, económicos y culturales por los que votó el pueblo paraguayo serán una contribución muy importante al fortalecimiento del Mercosur y a la perspectiva de la integración sudamericana.

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