martes, 12 de febrero de 2008

Inserción internacional sin acuerdos asimétricos

El Congreso norteamericano debate en estos días la ratificación o rechazo de un acuerdo de libre comercio de esa nación con Colombia. No sería su primer tratado con economías de esa región: con sus dos vecinos de Norteamérica Canadá y México los Estados Unidos conforma un bloque comercial: el Nafta; y con Chile y cinco países de Centroamérica tiene acuerdos en vigor. También están en carpeta tratados con Perú y Panamá, que por diferentes motivos aún no pudieron entrar en vigencia.
Esta política de promoción de tratados de libre comercio (TLC) con países del hemisferio no es nueva (desde 1989 está vigente el acuerdo EE.UU.–Canadá), pero tomó un nuevo impulso luego de cerrada la etapa del ALCA. En lugar de integrar a todo el bloque latinoamericano a un mercado ampliado, la estrategia cambió y ahora el objetivo de esa potencia económica es avanzar en forma individual con cada uno de los países del continente.
En noviembre del 2005 un grupo de naciones americanas –incluidas las del Mercosur– rechazaron el acuerdo continental porque entendieron que su inserción en el mundo debe realizarse desde una estricta defensa de los intereses nacionales, entendidos en términos de desarrollo económico, social y político sustentables.
El ALCA era un acuerdo asimétrico, que abría nuevos mercados para las empresas norteamericanas, mantenía restricciones para nuestros productos –en especial agropecuarios– e imponía criterios ajenos a nuestra legislación en materia de propiedad intelectual y patentes. El Mercosur planteó este enfoque crítico desde junio del 2003 y fue recogiendo adhesiones a esta postura hasta la cumbre de noviembre del 2005, cuando ante la inflexibilidad de los Estados Unidos se cerraron las negociaciones entabladas en esa dirección.
El Mercosur no se opone al libre comercio, como lo demuestran los acuerdos de complementación económica que en el marco de la Aladi tiene con los países asociados de América del Sur y permitirá tener una América del Sur con libre circulación de mercaderías en un plazo de 10 años. Además, fuera del continente, el bloque firmó un acuerdo de libre comercio con Israel y negocia preferencias arancelarias con India y los países sudafricanos que integran el SACU.
Hay además otros 25 frentes de negociaciones abiertos con distintos países del mundo.
El Mercosur avanza hacia un proceso de integración profundo que no descuida el aspecto comercial pero piensa sobre todo en la producción, en el desarrollo de las cadenas productivas, en la asociación empresaria, en la generación de puestos de trabajo, en la agregación de valor y en los mecanismos de financiamiento –como el Banco del Sur– y energéticos –el Gasoducto del Nordeste– que sean capaces de dar respuestas a las necesidades de todo el proceso.
Un mundo más justo necesariamente debe tener políticas multilaterales, que contemplen los intereses y las necesidades de todos los países, y promuevan un desarrollo mundial más equilibrado que erradique definitivamente los bolsones de pobreza y miseria que afectan a cientos de millones de ciudadanos del planeta.

No hay comentarios: