martes, 19 de febrero de 2008

Buenos vecinos, socios estratégicos

Esta semana Buenos Aires será sede de una cumbre de los presidentes de la Argentina y Brasil, Cristina Fernández de Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva. Más allá del aspecto simbólico, los dos jefes de Estado, a través de la firma de acuerdos de cooperación, ratificarán que nuestros países no son sólo dos aliados comerciales o sólo las dos economías de mayor desarrollo relativo del Mercosur, sino sobre todo dos socios estratégicos aliados de manera permanente en función de un objetivo claro: lograr un desarrollo equilibrado de sus países.
En su visita como Presidenta electa a Brasilia, el 19 de noviembre de 2007, Cristina Kirchner se entrevistó con Lula Da Silva. En ese encuentro acordaron profundizar la asociación estratégica entre Brasil y la Argentina, fortalecida durante el gobierno de Néstor Kirchner. Esa ligazón se articula dentro del fortalecimiento del bloque regional del Mercosur.
En el aspecto político, la sociedad entre la Argentina y Brasil se manifiesta, por ejemplo, en coincidencias en temas como el compromiso con el perfeccionamiento y fortalecimiento de la democracia, el desarrollo de una fuerte agenda social, y objetivos concretos en áreas como la lucha contra el hambre y la pobreza, la promoción de la justicia social, la inclusión social y el trabajo decente y la promoción y protección de los Derechos Humanos. Estas coincidencias se reflejan en el accionar de ambos países en el ámbito internacional, tendiente al fortalecimiento del multilateralismo y a la construcción de un orden internacional más estable y democrático.
Ambos países mantienen un firme compromiso con el fortalecimiento y la profundización del Mercosur, espacio que constituye para ambos países el principal ámbito de integración dentro del espacio más amplio de América del Sur. De hecho, en la última Cumbre del Mercosur celebrada en diciembre del 2007, Cristina Kirchner coincidió con Lula Da Silva en señalar que la integración es algo más que “un relato de buena vecindad”, se trata de la “condición sine qua non para que podamos desarrollarnos cada uno”.
Los resultados de la integración económica se han traducido en términos comerciales en un auge sostenido de nuestros intercambios de bienes desde la recuperación de nuestra crisis económica. En el 2007 ese flujo comercial alcanzó el monto inédito de casi u$s25.000 millones, lo que significó un aumento sustantivo sobre los algo menos de u$s20.000 millones del año anterior, que ya era un monto muy importante. El mercado brasileño fue el destino de exportaciones argentinas en el 2007 por u$s10.246 millones, que representan el 19% de total de nuestras ventas al exterior. Así, Brasil constituye actualmente el principal destino de nuestras exportaciones, por delante de la UE y el NAFTA. De la misma manera, Brasil es el principal proveedor de nuestro país. En el 2007, con ventas a la Argentina por un total de u$s14.563 millones, Brasil es el principal origen de nuestras importaciones con un 33% del total.
Cabe destacar que este desarrollo del comercio bilateral de los últimos años no fue acompañado por un incremento proporcional del número de controversias en la materia. Ambos gobiernos mantienen un excelente diálogo y vías de comunicación aceitadas para intentar encontrar soluciones expeditivas a los obstáculos que se presenten. Un ejemplo de esto es la labor desarrollada por la Comisión de Monitoreo del Comercio Argentina Brasil, creado en el 2003. Bajo un formato de reuniones periódicas, la comisión analiza la evolución de los flujos comerciales bilaterales y pasa revista a todos los contenciosos que puedan surgir.
Pero la integración económica no se limita al plano estrictamente comercial. Se manifiesta también en las inversiones mutuas de las empresas y en el impulso de instrumentos que buscan mejorar cualitativamente el ambiente en el cual se pueden desarrollar las empresas de ambos países, por ejemplo el Banco del Sur, el sistema de pagos en monedas locales para el comercio bilateral, o la creación del plan de integración productiva en un marco regional.
La sociedad estratégica entre la Argentina y Brasil también se manifiesta en el grado de coordinación de posiciones comunes en el ámbito comercial multilateral de la OMC y en la participación conjunta en entidades como el G20, en donde ambos países hacen un frente común al defender intereses clave para el desarrollo de nuestras economías.
Hoy, desde Brasil y la Argentina, como desde otros países de Latinoamérica, defendemos políticas activas para el desarrollo con equidad e inclusión. La visita de Lula, y la firma de nuevos acuerdos de integración regional, son algo más que gestos simbólicos en ese sendero.

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