jueves, 8 de noviembre de 2007

Declaración del Frente Grande

El triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en la elección del 28 de octubre pasado es la convalidación popular de la gestión de Néstor Kirchner y, a la vez, la apertura de una nueva etapa política.

Hace poco más de cuatro años, surgia un gobierno al que la mayoría de los analistas consideraban débil y sobre el que se insinuaban poderosas presiones corporativas y políticas. El país estaba en default internacional, los números de la pobreza y la desocupación eran abrumadores.

Esa realidad se ha transformado profundamente. Vivimos en un país en plena recuperación económica, social e institucional. Un país en el que millones de hombres y mujeres recuperaron el empleo; un país que salió del aislamiento internacional ejerciendo con dignidad su soberanía; un país en el que la Corte Suprema no es un coto de caza del poder político sino un tribunal prestigioso e independiente; un país que recupera el valor de la verdad y la justicia respecto de su pasado, que valora el trabajo por sobre la especulación, que tiene una moneda única y no una decena de papeles circulando en sus provincias.

Es el piso desde donde podemos plantearnos un proyecto de desarrollo justo e inclusivo, abierto al mundo a partir de la integración regional, plenamente democrático porque ni los poderes económicos ni el chantaje corporativo decide por sobre la voluntad popular.

Como expresión política del progresismo, el Frente Grande considera que su lugar está en la continuidad del más firme compromiso con la etapa que se abre. La presidencia de Cristina tiene que ser y será la de un impulso al proceso de transformaciones abierto hace cuatro años. Será una etapa de concertación social para planificar el desarrollo del país con el concurso de todos los sectores productivos y generar certezas de desarrollo y mejor distribución de la riqueza. Será una etapa claramente centrada en la promoción del pleno empleo de creciente calidad y bien remunerado; de desarrollo de una política educativa formadora de ciudadanos y de actores del proceso productivo; de avances en materia de inclusión, a través de la salud, la educación y el mejoramiento del espacio público, condiciones todas ellas de una vida más pacífica y segura.

También trabajaremos para que sea la etapa de creación y desarrollo de un sujeto político progresista y popular, de carácter plural, capaz de incentivar la participación de millones de hombres y mujeres en la empresa de construir un país más justo. Consideramos que es la hora de deponer conductas sectarias y facciosas para construir esta gran herramienta colectiva y restituir el lugar de la política como sitio de los consensos y también arena donde se dirimen pacíficamente los conflictos por la orientación del país. El Frente Grande, que ha resurgido en la vida política nacional y se ha fortalecido en su compromiso con el proceso abierto en 2003, se compromete a dedicar todos sus esfuerzos al logro de este objetivo

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