martes, 6 de noviembre de 2007
¿Porqué Venezuela? Las claves de la integración
La relación de la Argentina con Venezuela ha dado lugar a controversias en diversos ámbitos políticos y académicos. Muchas veces las críticas han sido formuladas sin advertir ni analizar, por ejemplo, los beneficios que traerán para los dos países la integración económica y la complementación de sus industrias.La incorporación de Venezuela al Mercosur ha resultado estratégica por el aporte que ese país realiza al acuerdo regional. Con esa nación, el mercado ampliado llega a 260 millones de los habitantes, lo que significa un atractivo adicional a la hora de negociar con terceros países o bloques.Además, el país caribeño aporta energía, lo que resulta de vital importancia para el crecimiento económico que están viviendo los países del bloque y el espíritu solidario con que se han manejado.Venezuela es, asimismo, uno de los destinos de los productos nacionales que más han crecido en los últimos cuatro años (pasó de u$s146.a casi u$s800 millones), en particular en manufacturas de origen industrial. Ese crecimiento es complementado con un proceso de integración productiva que permitirá la creación de cadenas de valor con mano de obra y desarrollo tecnológico venezolano y argentino.Desde la Cancillería hemos venido trabajando en los últimos años para llevar la integración al terreno de la creación de empleo de calidad y el aumento de las exportaciones. Uno de los caminos elegidos, entre otros, ha sido la realización de talleres de complementación industrial, organizados con la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra).Un conjunto de empresas, en su mayoría Pyme, participaron en Caracas de rondas de negocios en las que pudieron exponer su oferta exportable y las posibilidades de asociación con firmas locales, para la transferencia de experiencia y el aporte de tecnología argentina al tejido productivo en ese país.La experiencia ha sido sumamente positiva: a la fecha se llevan realizados dos talleres en Caracas (noviembre del 2006 y octubre del este año) en los que participaron 50 empresas argentinas. Las compañías concretaron negocios que trascienden el campo comercial para avanzar hacia una fase de integración de cadenas de valor con mayores oportunidades de inserción comercial, no sólo en el mercado local sino en la Comunidad Andina y los países del Caribe.A través de las gestiones de nuestra embajada en Venezuela y de esas rondas de negocios, se iniciaron los contactos con la empresa Bariven S.A., empresa filial de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) y responsable del suministro de bienes y la contratación de servicios asociados. A partir de ese contacto, se realizó la semana pasada, en nuestra Cancillería, el Primer Encuentro Informativo de la empresa Bariven, al que asistieron más de 300 empresas argentinas para interiorizarse del plan de negocios de PDVSA para el próximo sexenio.La petrolera venezolana pretende duplicar su producción actual, pasando de 3,3 millones de barriles diarios a 5,8 millones de barriles en el 2013. Eso la obligará a diversificar sus fuentes de suministros. Y lo hará impulsando y fortaleciendo a las Pyme y cooperativas productoras de bienes de Venezuela.Hoy en la Argentina existen alrededor de 200 empresas vinculadas con el sector petrolero: nacieron y se desarrollaron a partir de YPF y compiten con las grandes multinacionales para el abastecimiento a las compañías petroleras instaladas en nuestro país. Pero las empresas tienen ese techo: el mercado local, y les resulta muy difícil competir como proveedores de las grandes multinacionales petroleras. La única posibilidad de seguir creciendo es aprovechar el esquema de asociación que propone PDVSA, y así lo han entendido los empresarios argentinos.Resulta claro entonces que la oportunidad que se presenta de profundizar la incipiente complementación industrial con empresas venezolanas puede ser un camino exitoso de internacionalización de nuestras Pyme, que comenzaría con un proceso de ensamblado y transferencia de tecnología e ingeniería argentina para avanzar luego hacia el desarrollo de nuevos productos y servicios para abastecer a un consorcio que hoy compra por valor de u$s2.500 millones anuales.Este es el desafío presente: concretar espacios de negocios para nuestras empresas de modo de profundizar las excelentes relaciones políticas y comerciales, que se tradujeron en un comercio bilateral que creció 400% desde el 2003 y hoy se ubica en u$s900 millones.En el mismo marco de cooperación se ubican los acuerdos firmados por el INTI para el desarrollo de medio centenar de fábricas en Venezuela y las experiencias de transferencia de tecnología agrícola a través de la cooperación del INTA.Este desafío reafirma que la interacción entre los sectores públicos y privados es la base de sustentación para conformar una integración latinoamericana que vaya más allá del intercambio comercial, y permita a ambos países conseguir un desarrollo económico con inclusión y mejora de la calidad de vida de los habitantes.
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