La idea de una CIUDADANÍA REGIONAL es un sello distintivo de la concepción integradora que guía a los países del Mercosur.
Expresa la superación de un concepto centrado excluyentemente en los acuerdos de libre comercio. TIENE QUE VER Y ESTÁ INDISOLUBLEMENTE ASOCIADO A UN PROYECTO DE COMUNIDAD POLÍTICA. AL OBJETIVO DE RESPONDER CON UNA POLÍTICA REGIONAL AL PROCESO DE INTERNACIONALIZACIÓN QUE ABARCA TODOS LOS ÓRDENES DE LA ACTIVIDAD HUMANA.
El Mercosur nace con ese contenido político democrático. Su origen se explica antes que nada en la lucha por sostener el proceso de construcción de procesos democráticos que apenas se iniciaban cuando Sarney y Alfonsín discutían en Foz do Iguazú su lanzamiento. DEMOCRACIA Y PAZ EN LA REGIÓN: ÉSE FUE EL SELLO ORIGINAL DEL MERCOSUR.
Derechos humanos y lucha contra la discriminación presuponen sociedades civiles que los promuevan y, sobre todo, autoridades políticas que los protejan y aseguren. Porque no es la espontaneidad del mercado librado a sí mismo la que puede garantizarlos. SU GRAN PRESUPUESTO ES LA EXISTENCIA DE UN RÉGIMEN DEMOCRÁTICO.
Por eso el Protocolo de Ushuaia estableció la vigencia de regímenes democráticos como condición de pertenencia al Mercosur. Por eso hoy se trabaja para la creación de un Observatorio democrático como garantía de su funcionamiento.
Esto tiene una enorme importancia.
LA REGIÓN NO NECESITA JUECES EXTERNOS QUE EVALÚEN SU VIDA DEMOCRÁTICA. SABEN MUY BIEN DEFENDER LA DEMOCRACIA, PORQUE SUS SOCIEDADES HAN EXPERIMENTADO EN CARNE PROPIA LA TRAGEDIA DEL AUTORITARISMO Y EL TERRORISMO DE ESTADO. Están en condiciones de controlar por sí mismos la calidad democrática de sus gobiernos.
La principal discriminación, la más generalizada y la más masiva en nuestros países, es la que viene de la desigualdad y la injusticia económica. ES ESTA LA BASE Y EL CALDO DE CULTIVO PARA LA DISCRIMINACIÓN SOCIAL Y CULTURAL DE MUCHOS MILLONES DE HOMBRES Y MUJERES QUE VIVEN AL MARGEN. QUE SON EXPULSADOS DEL TRABAJO, DE LA EDUCACIÓN, DE LA SALUD.
Esta cuestión ha entrado en el centro de nuestra agenda política. El sentido más profundo de los cambios que recorren la región
La cuestión social en la forma contemporánea de lucha por la plena ciudadanía es el punto central del orden del día en la región.
Es muy importante pensar esta cuestión en toda su magnitud y en todos sus alcances. Particularmente en Argentina, donde parece haberse destacado una insólita ofensiva mediática contra el pronunciamiento electoral del pasado domingo. UNA OFENSIVA QUE PARECE CUESTIONAR EL PRINCIPIO IGUALITARIO FUNDANTE DE LA DEMOCRACIA. QUE PRETENDE DESVALORIZAR EL VOTO DE LOS SECTORES POPULARES Y FORTALECER LAS BARRERAS CULTURALES QUE TIENDEN A DIVIDIR A NUESTRO PUEBLO. CREEMOS QUE SE TRATA DE UNA FUERTE DISCRIMINACIÓN.
Y QUE NO AFECTA A UN GOBIERNO, A UNA CANDIDATA O A UNA FUERZA POLÍTICA. SINO QUE AFECTA Y OFENDE A MILLONES DE HOMBRES Y MUJERES QUE TIENEN TANTO DERECHO A LA PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA COMO TODOS LOS DEMÁS CIUDADANOS.
Si puede hablarse de un rasgo común de los procesos políticos regionales es justamente ése. El ascenso de la cuestión de la ciudadanía social a la consideración principal de las agendas políticas. Y eso es una gran oportunidad para el Mercosur, tal como lo concebimos.
Es una oportunidad para un Mercosur dinámico en lo productivo. Capaz de desarrollar iniciativas de infraestructura, de rutas, de líneas ferroviarias. De redes de energía que fortalezcan su potencial económico. También de iniciativas de complementación productiva que faciliten la creación de empleo. Que permitan aprovechar las ventajas competitivas del capital humano de cada uno de los países. EL EMPLEO DIGNO Y BIEN REMUNERADO pasa a ser uno de los derechos capitales por los que hay que trabajar. PORQUE ESA ES UNA LLAVE PARA ENFRENTAR LAS DESIGUALDADES EN LA DISTRIBUCIÓN DE LOS RECURSOS.
Esa desigualdad es el rasgo característico de nuestra región. No somos los más pobres del mundo, pero sí las sociedades más injustas, más desiguales.
Y esa desigualdad no se expresa solamente en los ingresos, sino también en toda una gama de discriminaciones. Que terminan fragmentando y tribalizando nuestras sociedades. UNA FRAGMENTACIÓN QUE TIENE ASPECTOS CULTURALES, COMUNICATIVOS Y ÉTICOS QUE TERMINAN REFORZANDO LAS DESIGUALDADES QUE SE EXPERIMENTAN EN EL TERRENO ECONÓMICO.
No se debe dejar de decir que ese paisaje social tribalizado, desestructurado, es una rémora que nos dejaron los años del neoliberalismo y que hoy son muy difíciles de desarraigar. Es una herencia de valores públicos e individuales deteriorados, de pérdida del sentido de lo público (TUVIMOS PROBLEMAS HASTA PARA QUE FUNCIONEN LAS ELECCIONES PORQUE PARTE DE NUESTROS SECTORES INSTRUIDOS SE NEGARON A CUMPLIR CON SU OBLIGACIÓN)
Creo que la lucha contra la discriminación es la lucha por volver a ser una unidad cultural. UNA PATRIA. No en el sentido de un nacionalismo estrecho y paranoico. En el sentido de patrimonio común de derechos, de obligaciones, DE MEMORIA COMÚN Y PROYECTOS COMPARTIDOS.
La tan manoseada idea de república significa ni más ni menos que eso. LA DISCRIMINACIÓN ES EL GESTO MÁS ANTIRREPUBLICANO QUE SE PUEDA CONCEBIR.
La discriminación crea ghetos. Deteriora el espacio público. Hace menos segura y menos rica la vida de todos.
La lucha contra la discriminación tiene un lado muy sensible en nuestras sociedades. ES EL PROBLEMA DEL DELITO VIOLENTO QUE HA CRECIDO PARALELAMENTE A LA DESINTEGRACIÓN SOCIAL. ES HORA DE QUE EN NUESTRO PAÍS CAMBIEMOS ENTRE TODOS EL DISCURSO SOBRE LA VIOLENCIA.
Sacarlo del territorio del miedo, del prejuicio, de la discriminación. Para ponerlo en el horizonte de la convivencia, del trabajo digno, de la responsabilidad por lo público, de la solidaridad con los que menos tienen.
Me atrevo a decir que la principal forma de XENOFOBIA, INTOLERANCIA Y RACISMO (a las que se refiere el protocolo del Mercosur contra la discriminación) está concentrada en los discursos predominantes sobre el delito violento. SON DISCURSOS QUE ACENTÚAN LA SENSACIÓN DE ESTAR VIVIENDO EN ISLAS DE PROSPERIDAD Y CONSUMO, A VECES OPULENTO, Y RODEADOS POR MULTITUDES DE HOMBRES Y MUJERES QUE, DESDE LA MISERIA, NOS AMENAZAN.
No hay progreso social si no erradicamos esa mitología que convoca a las peores facetas del ser humano.
POR ESO, QUEREMOS QUE EL MERCOSUR SE CONVIERTA TAMBIÉN EN UNA GRAN HERRAMIENTA POLÍTICA PARA LUCHAR POR ESE GRAN PRINCIPIO DE NUESTRA MODERNIDAD QUE ES LA IGUALDAD. UN INSTRUMENTO PARA ARRINCONAR A LOS VIEJOS Y NUEVOS PREJUICIOS. PARA AFIRMAR EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD, DEL TRABAJO, DE LA CONVIVENCIA SOCIAL Y POLÍTICA DEMOCRÁTICA Y PACÍFICA.
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