Santa Rosa, 2 de septiembre (Télam).- Familiares de víctimas de la secta católica Servi Trinitatis formularon hoy una denuncia ante el titular del INADI en La Pampa, Santiago Ferrigno, luego de que su abogado rrealizara, la semana pasada, una denuncia ante la Justicia Federal contra los dos sacerdotes que están al frente del instituto por "trata de personas".
Omar Gebruers, abogado de los familiares de víctimas de la secta católica Servi Trinitatis, que tiene como responsables a los curas españoles Antonio Martínez y Ricardo Latorre, presentó una denuncia ante la justicia federal.
En el ámbito provincial la denuncia se originó por decenas de familliares y ex víctimas de la secta en una causa caratulada como "reducción a la servidumbre y malversación de fondos".
En tanto, ahora en el ámbito de la justicia federal, Gebruers denunció a los curas por los delitos de "trata de personas, contrabando de medicamentos e ingreso ilegal de divisas al país".
"Hasta el momento las pruebas reunidas son abrumadoras, en el sentido que ha existido y continúa en etapa de ejecución la captación de mujeres menores y adolescentes vulnerables sometiéndolas, luego, a maniobras de manipulación psicológica para apropiarse del dinero fruto de su trabajo y de los bienes que ingresen a su patrimonio", señaló Gebruers.
El letrado sostuvo que "lo que ocurre en Santa Rosa es sólo una ramificación de una organización delictiva internacional, cuya finalidad es la captación de personas con metolodogías similares a las de otros abusadores y tratantes, tales como el secreto de las actividades, la clandestinidad de sus actos y la simulación de situaciones destinadas, siempre, a estafar las víctimas".
Hoy los familiares de víctimas que aún están dentro de la secta y de otras que han salido, se reunieron con Ferrigno para plantearle la dramática situación por la que atraviesan, la desesperación que tienen porque sienten haber perdido a sus hijas y el constante temor de que sean sacadas del país por los curas denunciados.
Quienes están dentro de instituto, que funciona a pocas cuadras del centro de Santa Rosa, no son monjas pero tienen una vida consagrada similar a la de las monjas de clausura, con regímenes estrictos de permanente oración, sin diálogo entre ellas y totalmente alejadas de sus familias.
No se relacionan con nadie ni tienen contacto entre ellas, viven aisladas y con una precaria alimentación, no se dejan atender por médicos varones, no abrazan ni besan a sus seres queridos, están en su mayoría mal alimentadas y tienen transtornos psíquicos y emocionales que demandarán de por vida ayuda psiquiátrica.
Tanto las internas como las que se sienten parte de la secta sin vivir en el isntituto, trabajan y entregan la totalidad del dinero a los curas, a quienes además le han entregado como "voto de pobreza" todas sus pertenencias y sus tarjetas de crédito y de débito.
Ferrigno se comprometió a elevar la denuncia de hoy a las autoridades nacionales para que el INADI en poco tiempo "pueda expedirse tras un estudio profundo de éstas denuncias que, por cierto, son muy graves", señaló.
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